A todas vistas, la estrategia de juego del equipo de Karjakin da excelentes resultados y hoy coronó con una histórica victoria sobre el número uno del mundo. Cuando hablamos de estrategia de juego no nos referimos a la partida en particular, sino tomando al match como un todo. El match es la guerra y cada partida es solo una batalla de las 12 que hay que dar.
La persistencia de las tablas durante 7 partidas, cuando Magnus era el gran favorito y hasta muchos esperaban un desenlace más o menos rápido, muy probablemente fueron minando el temperamento del campeón. La impaciencia fue ganando terreno. En la 3 y 4 partidas, Magnus dejó escapar dos posiciones muy ventajosas, lo que es muy duro para un ajedrecista, incluso para estos grandes maestros que como siempre decimos no dejan de ser humanos.
En la 5 y la 7 la cosa se dio vuelta que fue el campeón quien se vio en apuros. La muralla rusa que presentaba el aspirante, dando cátedra de técnica defensiva, incluso superando apuros de tiempo (otra cosa muy dura para los ajedrecistas), pasaron de pronto a una “defensa activa”, a obtener una mejor posición y apretar a Carlsen. Aunque terminaron en tablas, esos encuentros fueron duros golpes para Magnus que confirmó que no solo sería difícil ganarle al ruso, sino que incluso podría perder.
El genio noruego, gran maestro desde los 12 años y el mejor del mundo desde los 22, es conocido por sufrir ciertos lapsus de rabia e impotencia, por perder posiciones parejas o no lograr ganar otras con clara ventaja (esto pasa más o menos con la frecuencia que nos visita el cometa Halley, pero pasa). Y esta flaqueza psicológica, si puede llamarse así (bien podríamos decir que es lo que le pasa a cualquiera que tenga sangre en las venas), ahora le ha dado una fuerte cachetada.
La caída
La 8 partida jugada este lunes no prometía mayores sobresaltos, hasta que ambos quedaron con poco tiempo para llegar al primer control (jugada 40) y esto provocó varios errores de ambas partes por lo que no llevó a definir la partida. Así llegaron a un final con damas muy complicado donde el blanco había quedado muy pasivo, con su alfil casi fuera de juego, pero donde a la vez el rey negro estaba bastante expuesto.
Las posibilidades de unas nuevas tablas estaban a la mano. Pero no haber liberado su alfil a tiempo y luego un terrible error garrafal en la jugada 52 (h4??), lo dejó completamente perdido. Aunque parezca increíble, el noruego omitió un ataque de mate simple con la participación de las únicas piezas del negro: reina y caballo se combinaron para encerrar al rey blanco. Carlsen le dio la mano a su oponente reconociendo la derrota y ahora deberá dar todo de sí para remontar el match.
¿Podrá recuperarse el campeón?
No la tiene nada fácil porque solo quedan 4 partidas y sólo con empatar el ruso conquistaría el título. Ahora deberá “jugar a ganar” como se dice en la jerga ajedrecística, lo que significa también crear mayores debilidades propias y posibilidades para ambos contendientes. No obstante hay que decir también que el noruego ha sabido salir airoso de situaciones duras, como empezar perdiendo un torneo y luego terminar ganándolo.
Si el ruso logra mantener la calma y seguir jugando como hasta ahora, tiene grandes chances de convertirse en el nuevo campeón mundial. Pero la presión para él también será muy grande, la sensación de exitismo es inevitable y será un desafío poder controlarla. Lo que es seguro es que las próximas partidas serán de alta tensión y dinamismo. A no perdérselas. |