La ley de emergencia social consiguió hace días su aprobación en el Senado de la Nación y se espera ahora su tratamiento en la Cámara de Diputados. Consultado sobre su postura, Massa aseguró que “no se puede negar que Argentina está en emergencia social”, aunque evitó dejar claro cómo votaría y se limitó a asegurar que debatirá “con seriedad” el proyecto. Estas afirmaciones las realizó durante la conferencia de prensa que brindó en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional, donde dio a conocer su proyecto para modificar el impuesto a las Ganancias.
Este último volvió a transformarse en un tema protagónico de la semana, y con él volvió a emerger con fuerza la figura del diputado del Frente Renovador. Su proyecto plantea elevar el piso del mínimo no imponible y a su vez propone gravar, entre otras actividades económicas, la renta financiera, el juego y la minería.
La presentación fue comunicada como una medida que apunta a “beneficiar a trabajadores en relación de dependencia, monotributistas, autónomos y jubilados” al tiempo que aseguró que “llegó el tiempo de que en la Argentina hagan un esfuerzo los que tienen mucho y ganan fácil". El proyecto establece, entre otras cuestiones, un nuevo piso de 48.000 pesos para casados con dos hijos y de 34.000 pesos para los solteros, elimina a los jubilados del pago de ese gravamen y fija que sólo tributen aquellos jubilados que cobran más de 60 mil pesos, a la vez que establece la actualización automática a través de una ley de ese gravamen.
En diálogo con Radio Mitre, el tigrense volvió a insistir ayer con su proyecto y aseguró que “hay que cambiar el sistema tributario y sacarle la pata de la cabeza a la gente”. Estas mismas declaraciones le valieron la represalia del jefe de Gabinete Marcos Peña, quien en el canal TN aseguró: "Si esto lo quieren sacar a los ponchazos esta semana es un show mediático, pero no creo que hagan eso, sino con responsabilidad. Esto requiere un debate y hay que darlo seriamente".
Massa buscar perfilarse de cara a la carrera electoral de 2017 como opositor al ajuste del gobierno de los CEO’s y para eso pretende mostrarse como “defensor” de los intereses de los trabajadores, aunque resulta difícil ocultar que ha sido hasta acá uno de los aliados fundamentales del macrismo y su plan de Gobierno.
Demagogia para las cámaras, complicidad en el Congreso
Mientras Massa se muestra preocupado por “la gente”, las votaciones del Frente Renovador en la Cámara de Diputados revelan el rol que el massismo viene cumpliendo como sostén de un Gobierno que no cuenta con mayoría parlamentaria y necesita del apoyo de otras fuerzas para la aprobación de sus proyectos.
El rechazo al dietazo planteado por el Frente de Izquierda en la cámara contó con el ausentismo de los diputados “renovadores”, incluyendo al propio Sergio Massa, quienes se negaron de esta manera a tan sólo discutir el asunto y posicionarse públicamente acerca de él. Sin embargo un día después, y haciendo gala de la demagogia que lo caracteriza, el tigrense aseguró que “el sentido común le ganó a la locura”, en referencia al revés y la marcha atrás que sufrió el aumento.
Otra oportunidad donde el Frente Renovador confluyó con el macrismo fue en el presupuesto planteado para el año próximo, donde con sus votos permitió su aprobación. El mismo significa importantes recortes en áreas como salud, educación, derechos humanos y cultura, mientras se garantiza un lugar destacado para el pago de la usurera deuda externa.
Pero eso no es todo: el presupuesto que Massa votó afirmativamente contempla exenciones impositivas por $315 mil millones entre las que se encuentran $5.600 millones por la exención del impuesto a las Ganancias del Poder Judicial, $2.000 millones para el sector minero y $9.600 millones por la exención del IVA a la educación privada. Al parecer, dentro del recinto el jefe del Frente Renovador tendría una visión bastante coincidente con Cambiemos acerca del regresivo sistema tributario que rige actualmente y defendería con el mismo énfasis que el Gobierno los intereses de los empresarios. Sin embargo, esta visión se transforma automáticamente cuando se encienden las luces de las cámaras y los programas de televisión.
La “ofensiva opositoria” del massismo no es más que una jugada oportunista y demagógica de un espacio político que, a un año exactamente del triunfo de Cambiemos en el balotaje, ha sido fundamental para toda esta primer etapa del ajuste en curso. La carrera electoral de Sergio Massa, con especial atención en la provincia de Buenos Aires (“la madre de todas las batallas”), definirá el rol que su fuerza asuma frente a la segunda etapa del ajuste que se propone encarar el macrismo. |