Desde Zagreb, donde se disputa la final de la Copa Davis entre Croacia y Argentina, Diego Armando Maradona se refirió con profunda tristeza a la figura de Fidel Castro.
"Me llamaron de Buenos Aires y fue algo muy chocante. Me agarró un llanto terrible, porque Fidel fue como mi segundo padre. Yo viví cuatro años en Cuba y Fidel me llamaba a las dos de la mañana para hablar de política, o de deporte, o de lo que se diera en el mudo, y yo estaba dispuesto para hablar. Este es el recuerdo más lindo que me queda. Cuando había algún evento siempre me llamaba para ver si quería ir, si quería colaborar y esto no se olvidará fácilmente", contó en una entrevista televisiva.
Maradona también se refirió a su último encuentro con Fidel, hace tres años, que fue vivido como una despedida “inconsciente”: “Y, hacía…, lo fui a ver hace tres años y me dejó una frase. Cuando entro al salón, se para y me dice ’¿Te venís a despedir, no?’. Me dijo eso. ’No, maestro, para nada’. Yo, con un llanto. Me sorprendió la noticia. Es como que me hubiese pegado un saque Del Potro en el pecho. Que te diga Fidel Castro si lo iba a despedir. ’No, maestro’, le dije. Me largué a llorar porque quizás tenía más razón él que yo.”
El Diez dedicó un párrafo a quienes festejan la muerte del líder cubano, como las imágenes que llegan desde Miami: “Todavía no hablé con nadie, porque es muy fuerte. Todo lo que está pasando. Viendo la televisión antes de venir para el estadio, es muy penoso ver que se festeje una muerte. Es muy triste. Da asco. Da asco realmente. Lo que hizo Fidel fue luchar por su pueblo. Y si eso no les gustó a los gusanos, bueno, lo lamento. Me parece que festejar una muerte es muy triste”.
Para graficar su congoja, sostuvo que es el “dolor más grande” después de la muerte de sus padres. Además adelantó que en lo inmediato viajará para La Habana.
El tatuaje en la zurda
El Diego recordó algunas anécdotas, entre ellas la vez que le mostró su tatuaje del rostro de Castro en la pierna izquierda.
"Me dijo ’¿Qué hiciste, loco? Pero yo estoy mejor que el del tatuaje’. Le digo ’Sí, lo que pasa que el tatuador es bueno pero tampoco lo va a ser igual. Para mí fue como un segundo padre, porque me aconsejó, me abrió las puertas de Cuba cuando en Argentina había clínicas que me la cerraban, no querían la muerte de Maradona. Y Fidel me las abrió de corazón, estuvo conmigo permanentemente y por eso mi agradecimiento. El número uno de los revolucionarios fue el Che, con Fidel a la cabeza. Yo vengo en el pelotón de atrás", remató.