El día de 25 de Noviembre se conmemora el día Internacional de la violencia contra la mujer, fecha instalada a raíz al asesinato ocurrido en 1960 de las hermanas Minerva, María Teresa y Patricia Mirabal en República Dominicana, a manos de la dictadura de Trujillo. Es por esto, que en diversos países de América Latina principalmente, se realizan en aquella fecha masivas marchas en contra de la violencia hacia la mujer.
En Chile, lejos de encontrarnos por fuera de esta conmemoración, fuimos miles quienes salimos a las calles en diversas ciudades a lo largo del país. En santiago, la convocatoria fue a las 19.00hrs en Plaza Italia, donde se congregaron diversas organizaciones feministas, partidos y organizaciones sociales, trabajadoras y trabajadores, mujeres, hombres y niños, para manifestarse en repudio al machismo estructural de nuestra sociedad.
Una de las organizaciones feministas presentes fue Pan y Rosas Teresa Flores, con decenas de personas marchando y gritando a coro en contra de la violencia machista y por #NiUnaMenos. Allí estaba Bárbara Brito, vicepresidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, con quien pudimos conversar acerca de la importancia que tiene esta marcha que pone en evidencia las demandas que como mujeres venimos levantando a nivel internacional:
“Cotidianamente las mujeres nos enfrentamos a una violencia estructural en todos los ámbitos de nuestras vidas, la cual se encuentra legitimada por el Estado, los Gobiernos, los partidos políticos del régimen y la iglesia. Sin embargo, somos las mujeres, las y los estudiantes, los y las trabajadoras, en conjunto con todos los sectores oprimidos de la sociedad, los llamados a organizarnos para acabar con este sistema de opresión y explotación de millones en beneficio de unos pocos, al que nos tiene arrojados este sistema capitalista.”
En este sentido, Bárbara hacía énfasis en cómo “las y los estudiantes deben ser parte activa de lo que hoy se levanta como un movimiento que busca hacer carne las demandas que las mujeres venimos levantando, como un aborto libre, legal, seguro y gratuito”, que es una lucha que ataca directamente al sistema, en tanto pone en la mira el control que ejerce la Iglesia y el Estado sobre el cuerpo de las mujeres.
Respecto de las tareas que tenemos dentro del movimiento estudiantil, Bárbara hacía énfasis en la necesidad que “en nuestras universidades y escuelas, las y los estudiantes también nos debemos organizar para ello. Así como las trabajadoras están llamadas a levantar, por ejemplo, comisiones de mujeres en sus lugares de trabajo y sindicatos, las estudiantes debemos extender la creación de secretarías de género en nuestras Facultades y Universidades”. Aquí la importancia está en la organización, ya que hoy en día no sólo ocurren abusos brutales en nuestros espacios de estudio, sino que además existe toda una institucionalidad que va desde los rectores, hasta jefes de departamento o de carreras, que naturaliza, encubre y avala estas mismas situaciones.
Por ello la necesidad de que estas demandas sean tomadas por todos los sectores sociales y por sobre todo las y los trabajadores, quienes tienen en sus manos la transformación de este sistema. “Desde Pan y Rosas levantamos un feminismo de clase y socialista a nivel internacional, que busca que las demandas que el movimiento de mujeres ha levantado, sean tomadas en sus manos por las y los trabajadores, el sector clave que nos permitirá derribar al capitalismo de conjunto”, nos decía Bárbara Brito, vicepresidenta de la Fech y militante de la misma agrupación. |