El 14 de agosto, María Victoria Moyano, hija de desaparecidos y nieta recuperada, junto a Edgardo Moyano, abogado de los trabajadores de Lear, ambos miembros del CeProDH, suben a su auto. Unas treinta cuadras después sienten un fuerte olor a combustible. Salen del auto y ven un enorme charco de nafta.

El mecánico que revisó el auto realizó un informe donde explica que un caño fue roto
deliberadamente para que salga la nafta. Y afirma que esto no puede ser un accidente, sino que alguien tiene que haberlo hecho. Alguien que sabe. Si Victoria y Edgardo hubieran vuelto a encender el auto, posiblemente hubiera estallado.