Lía Copello, “La Cope”, es una caricaturista cuyo trabajo se popularizó en las redes sociales contando con más de 458 mil seguidores en Facebook. También hace stand-up y escribe en un blog.
Durante los últimos días, su nombre fue TT en Twitter. El motivo declarado fue el cuestionamiento a uno de sus dibujos, donde la protagonista afirmaba que su “cita” favorita consistía en una “birrita en la vereda”. 20 caracteres inofensivos, que pretendían causar gracia y se convirtieron en la excusa para que miles usuarios de las redes dieran rienda suelta a su machismo. Primero con memes que ponían en duda la originalidad del personaje o su autora y, finalmente, con amenazas rampantes.
Luego de observar la cantidad de comentarios e imágenes que circularon –y que cualquier persona con Internet puede constatar- resulta secundario embarcarse en un debate sobre la calidad o el contenido de la ilustración que, como toda expresión artística, puede gustar o no. ¿Se hubiera generado la misma reacción si quien firmaba era un hombre? ¿Por qué las publicidades de “birra” que cosifican a las mujeres no generan la misma indignación? ¿O las tiras gráficas de los diarios que alientan los estereotipos de género?
En una entrevista, Lía señaló: “Trabajo con chistes absurdos que me hacen reír, chistes para aceptarse a una misma, para quererse, reírse y criticarse. Somos muchas mujeres a las que no nos importa la opinión de los medios y los discursos misóginos sobre nosotras”. En su página, no faltó la adhesión a las masivas marchas que se realizaron contra los femicidios. La saña con la que fue juzgada no es casualidad.
Algunos ejemplos ilustrativos fueron subidos por ella en su cuenta oficial:
En cada una de estas palabras -que lejos están de una “crítica artística”- asoma la cultura patriarcal, reproducida y legitimada cotidianamente de distintas maneras. Como contrapartida, encontramos miles de frases y fotos en apoyo a la dibujante que rechazan de plano cualquier expresión de violencia contra las mujeres, como había ocurrido frente a los dichos misóginos de Gustavo Cordera en agosto de este año.
Dos movilizaciones históricas por #NiUnaMenos así como la del 19 de octubre bajo la consigna #VivasNosQueremos, fueron un parteaguas. Son millones de personas –con las mujeres a la cabeza- las que no van a dejar pasar estos embates machistas. Somos millones.
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