El 3 de diciembre, con el fin de festejar el 48 aniversario de la UNR, se llevó acabo en el Espacio Cultural Universitario una opulenta cena. Asistieron un total de 550 personas, entre ellos el Rector, Decanos, docentes, concejales y la intendenta Mónica Fein. El valor de la tarjeta estaba valuado en 700 pesos y contaba con un exclusivo menú realizado por el reconocido chef Marcelo Megna y su equipo. Se cree que producto de las altas temperaturas el salmón podría haber entrado en proceso de descomposición, causándole una severa intoxicación a casi cien personas. Sólo una persona necesitó asistencia mediante internación y afortunadamente todos se encuentran fuera de peligro.
Como denunciamos ayer, lejos de parecer la cena de una universidad que festeja un año más, parecía la cena de fin de año de la Unión Industrial Argentina o de la Sociedad Rural. Es que ese es el sueño del Rector Floriani, convertir a la UNR en la UCA, que haya exámenes de ingreso en todas las carreras, por considerar que el ingreso irrestricto sumado a la gratuidad de la educación es un gasto enorme y va en detrimento de la calidad. Hoy nos enteramos lo que el presupuesto 2017 de Cambiemos ya anunciaba: es probable que se reduzca un 60% el ingreso al CONICET. El silencio del Rector y sus amigos sobre este tema es absoluto.
Queda claro que hay dos universidades en Rosario. Una, la del Rector Floriani y los decanos que cobran sueldos de 50.000 pesos, de los cuales muchos hace años no están frente a un curso dando clase. Es la universidad de funcionarios ineptos, que nunca concursaron un cargo, pero que todos los años agregan algún dígito a su salario, o aparecen al frente de cursos dando clases sin ningún tipo de formación y ningún tipo de concurso.
Pero también está la universidad de los docentes recién concursados, que inauguran su profesión con sueldos que a veces no llegan a los 5000 pesos. Este año fueron llamativos los niveles de deserción los primeros meses del año. Es que estudiar en la universidad para muchos jóvenes resulta una odisea, a la cual el Rector hace oídos sordos. Están los estudiantes que no son de Rosario, a quienes se les hace imposible sostener durante el año el pago del alquiler, o de la pensión y además los tarifazos. Estamos los que además de estudiar trabajamos, y mientras todo aumento más de un 40%, nuestros sueldos son miserables y nos vemos obligados a tomar más horas en detrimento de la dedicación para estudiar la carrera. Los que tienen la suerte de conseguir una beca ni siquiera cobran a tiempo las mismas.
Ellos, el Rector, los Decanos y sus funcionarios amigos no tiene ningún problema en gastar 700 pesos en una noche mientras en su facultad, en el salón de al lado hay un docente ad honorem dando clase a decenas de alumnos. Pero también estamos los que queremos cambiar esa universidad del trabajo precario, que no cuenta con los materiales necesarios para enseñar, o que pone nuestros conocimientos al servicio de empresas contaminantes como denuncian los estudiantes de Ciencias Agrarias. Somos los que fuimos a la Marcha Federal a defender la educación y no a lavarnos la cara como hizo la Franja Morada. Fuimos muchos, miles. Somos los que peleamos junto a los docentes por salarios dignos, somos los que queremos que haya triple banda horaria para que los trabajadores puedan entrar a la facultad. Por eso desde el PTS en el Frente de Izquierda, junto a nuestras agrupaciones como Pan y Rosas venimos peleando desde hace años, bajo el gobierno que sea, para que la universidad sea gratuita, de calidad, con trabajo digno y que ponga sus conocimientos al servicio del pueblo trabajador. |
