La convocatoria tiene como consigna “los jujeños valoramos y respetamos la Paz, la Unión y Libertad” y se llevará a cabo el viernes 9 en la plaza Belgrano de la capital jujeña.
“Vamos a juntarnos para reivindicar la paz lograda, esta libertad que ahora tiene todo el pueblo jujeño de poder transitar por las calles y de respetarnos más allá de las diferencias”, enfatizó el Gobernador que hizo el anuncio luego de una reunión con intendentes.
El gobierno parado en las fuerzas del bipartidismo oligárquico de radicales y peronistas apuesta a que el acto se convierta en un gran “festejo popular”. Una vía de respaldo a su gestión que se encuentra en un momento de creciente incomodidad ante el salto del reclamo por la libertad de Milagro Sala de los organismos internacionales.
Al pedido de libertad firmado por la Comisión de Trabajo de la ONU se sumó la semana pasada la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) que se plegó al reclamo del titular de la OEA, Luis Almagro.
Un reclamo que fuera formulado durante todo el año por organismos nacionales de derechos humanos, organizaciones sociales, políticas y legisladores que se dieron cita en la provincia dando cuenta del cuadro más general de atropellos a las libertades democráticas.
Volviendo al plano externo ya el gobierno de Macri había acusado el malestar que le provocó el pedido del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y organismos de derechos humanos que se pronunciaron también por la libertad de la dirigente social ante el Ministro de Justicia de la Nación, Germán Garavano, en su reciente visita a Francia.
Vale aclarar que en los casos de los organismos mencionados se trata de instituciones que dejan pasar terribles violaciones a los derechos humanos como las intervenciones militares imperialistas en el medio oriente o los golpes de Estado “blandos” como el último en Paraguay.
Sin embargo, en el pronunciamiento por la libertad Sala se pone de manifiesto el accionar ilegal y arbitrario de la Justicia jujeña; y que la línea política de la ONU y de la OEA es respetar, a su modo, la legalidad burguesa que es la que incluso viene marcando la agenda del giro a derecha como sucedió en Brasil con el golpe institucional a Dilma Rousseff través del impeachment.
Según el analista de La Nación, Joaquín Morales Sola, “Milagro Sala es un serio problema en la política exterior” como tituló su columna dominical en la que cita al jurista Roberto Gargarella, quien escribió sobre el tema, “cada paso que se tomó desde entonces (la primera prisión) mostró la misma marca de origen: mantenerla detenida primero, ver de qué modo se justifica después".
Esta situación es una mancha al relato macrista de “inserción en el mundo” y, en especial, el plan de los gobiernos de la región de acorralar al gobierno de Venezuela en materia de derechos humanos exigiendo la libertad del opositor Leopoldo López. Aunque como dice el refrán, “nadie es profeta en su tierra”.
Turbulencias en el giro a derecha
En su primer año la gestión del radical Gerardo Morales y el massista Carlos Haquim hizo una apuesta fuerte por cambiar el régimen de gobierno de la provincia endureciendo el accionar del Estado frente a la protesta social y sindical bajo un discurso de tintes republicanos.
Pero en este proceso las formas no fueron lo que más se cuidó. El armado escandaloso de un Superior Tribunal con una mayoría de jueces incondicionales al Gobernador; como también el apoyo de la minoría de los magistrados superiores que supieron responder a la gestión Fellner-Jenefes le fueron de gran utilidad para marcar su agenda de persecución.
El eje de este plan sin dudas fue (y sigue siendo) la detención de Milagro Sala a partir del acampe de la Tupac Amaru frente a la Casa de Gobierno apenas iniciada la nueva gestión de “Cambia Jujuy”.
Luego se suscitó un ampliado de ataques a las libertades democráticas y civiles de comunidades originarias, jóvenes de los barrios populares; sin dejar de emplear la represión policial como fue contra los obreros azucareros del Ingenio Ledesma o el descuento de los días de huelga a docentes y estatales; junto con las causas penales a dirigentes sindicales de Aceros Zapla o del Ingenio La Esperanza. En ambas fábricas se preparan despidos masivos o se habla del cierre de la emblemática metalúrgica.
El objetivo de máxima de la dupla Morales-Haquim contempla sacar del medio a la Tupac Amaru con la detención de su principal dirigente y de otros miembros de menor rango, junto con otorgar el PJ jujeño al vicegobernador massista y la intervención de municipios opositores desplazando del mapa político al fellnerismo agobiado por la dura derrota electoral.
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Sin embargo, por ahora este plan viene chorreando aceite aquejado centralmente por el cuestionamiento internacional frente a la detención de Sala y los roces que le provocan con Macri que apuesta “a volver mundo”. El provinciano Morales más bien quiere conservar un juego de pequeña política usufructuando en las urnas el extendido consenso de cargar contra Sala, una figura política que no goza de buena reputación.
El problema para Morales se le presenta porque mientras el Gobierno nacional supo reconocer el malestar general del tarifazo y el ajuste teniendo que ir a una línea de ataque más gradual; el gobierno local parece no querer sacar los pies del acelerador aunque la realidad del exterior le empieza a dar señales de alerta.
Así mismo actúa la política doméstica y la interna justicialista que derivó en la decisión del Consejo Nacional Justicialista de intervenir el distrito Jujuy otorgando garantías al fellnerismo para que pueda disputar la conducción del partido en las próximas elecciones.
Feudalismo recargado
En la coyuntura desde afuera se le iría sugiriendo a Morales un recalcular con aspectos de su plan de máxima -aunque no parece vaya a soltar a Sala- e ir optando por opciones un poco más intermedias y familiares al viejo régimen.
Pueden darse alternativas que incluyan al fellnerismo residual en su armado de un régimen de derecha, recibiendo de este sector la segunda minoría de diputados y algunos intendentes en el interior que ya anunciaron su presencia en los festejos por la paz.
Esta sería una forma decorosa de un reconocimiento oficial al apoyo otorgado a la gestión Morales, siendo el fellnerismo un aliado en la política de quitar del medio a Sala (su ex socia electoral y en la gestión de la asistencia social); pero no menos fue su colaboración con Macri, a través de la intermediación del PJ de Diego Bossio por los servicios dados votando leyes como el pago a los buitres, el blanqueo de capitales o el presupuesto 2017 en la legislatura nacional.
De esta manera, las promesas republicanas del radicalismo y el massismo quedan resonando como ecos de campaña; y en la realidad el año cierra con la continuidad de la vieja oligarquía política de funcionarios-empresarios, en una especie de nuevo feudalismo en donde los perdedores deben conformarse con los porotos y los ganadores con los primeros puestos en los cargos y negocios desde el Estado, mientras se refuerza la criminalización de la protesta.
Sin dudas, el nuevo panorama de ajuste de los gobiernos de derecha pone de relieve la apuesta a construir fuertes organizaciones políticas independientes que organicen la resistencia y la defensa de las libertades democráticas como durante todo el año lo hizo el PTS en el Frente de Izquierda en Jujuy. |