Foto: La Enredadera
La Enredadera de Tetuán es un centro social situado en la calle Anastasio Herrero, 10 de Madrid. Desde el año 2009 acoge a innumerables colectivos de diversos tipos que han trabajado por el derecho a la vivienda y contra los desahucios, colectivos que luchan para ayudar a las personas en riesgo de exclusión social, así como actividades lúdicas y educativas como clases de inglés, árabe, de baile, y demás actividades sociales realizadas por gente del barrio y siempre de forma gratuita.
Una labor social ampliamente reconocida por los vecinos de este emblemático barrio madrileño que actualmente se ve amenazada por las últimas actuaciones del Ayuntamiento de Madrid presidido por Manuela Carmena.
Según nos cuentan desde La Enredadera, la pasada primavera les llegó sin previo aviso una carta del Departamento de Disciplina Urbanística exigiendo que se presentase una licencia de actividades, advirtiendo de que en caso contrario se procedería a precintar y cerrar el centro. La carta además fue tramitada poco antes de que se cerrasen los juzgados por vacaciones en verano, lo que da cuenta de la prioridad que el Ayuntamiento ha dado a este proceso.
Desde La Enredadera se niegan a acatar esta imposición pues consideran que "implicaría aceptar la lógica de la administración, empleando toda nuestra energía en dinámicas burocráticas y perdiendo la potencia de crecimiento y la autonomía de nuestros proyectos", según afirman en un comunicado. El hecho es que ello podría suponer el fin de las labores sociales que ejercen desde hace casi ocho años.
La amenaza de cierre no es en absoluto ajena a los centros y espacios autogestionados que chocan directamente con la lógica de la propiedad privada capitalista y tampoco es una sorpresa la complicidad de las instituciones para con las resoluciones judiciales que criminalizan sus prácticas, inclusive la del propio Ahora Madrid. Sin embargo, en este caso la novedad radica en el origen de la amenaza y las herramientas con las que se pretende llevar a cabo.
“El peligro siempre ha venido por parte de los propietarios, denuncia de usurpación y se resolvía en los tribunales”, relata un portavoz del centro, pero esta carta resulta "una nueva herramienta de represión y ataque a los movimientos sociales que viene desde los despachos del Ayuntamiento de Madrid” lo que podría sentar -alerta- "un precedente muy peligroso desde el que atacar a otros centros sociales" y advierte, “si no se combate y no se para puede ser un signo de todo lo que está por venir”.
Una "burorrepresión" -así lo han denominado en su comunicado- que ni desde los gobiernos madrileños más conservadores del Partido Popular se han atrevido a llevar a cabo. La indignación, por tanto, es doble: "de la nada surge esta amenaza de un Ayuntamiento que llega al poder con un discurso de cambio y nos encontramos con esto”.
Pero este no es la primera vez que Ahora Madrid se posiciona contra este tipo de espacios, hecho que venimos denunciando en anteriores artículos. Ejemplos como los del Solar Maravillas o Solarpiés ponen de relevancia la falta de voluntad del Ayuntamiento en la defensa de un modelo más horizontal de gestión vecinal cuando no son directamente la mano ejecutora de los desalojos como en los casos de La Dragona o la propia Enredadera.
Una belicosidad que contrasta fuertemente con el suave trato dado al colectivo neonazi Hogar Social Madrid cuyo desalojo se debió a causas meramente judiciales. Cabría preguntarse por qué desde Ahora Madrid no se pusieron en marcha todas sus probadas herramientas para acabar con este colectivo abiertamente racista. Como afirma el portavoz de La Enredadera -cuyo espacio ha estado a la cabeza en la lucha contra el HSM- "resulta sorprendente que nuestro centro sea el que esté bajo la amenaza de precinto y no otros centros o proyectos neonazis".
Es evidente la campaña emprendida contra los CSOA en la nueva "ciudad del cambio". Como bien señalan desde La Enredadera, “es casi paradójico que este grado de conflictividad hacia los movimientos sociales venga por parte de este ayuntamiento que tiene miembros de movimientos sociales en sus despachos".
Es cierto que Ahora Madrid es un proyecto heterogéneo inserto en una pugna interna y que estas decisiones no son compartidas por todos sus sectores, especialmente por aquellos más vinculados a los movimientos sociales. Pero no lo es menos que -más allá de esta velada oposición- las amenazas, la represión y los proyectos de desalojo siguen adelante. Porque más allá de las palabras bonitas y las buenas intencione "existe una amenaza directa por parte del Ayuntamiento de Madrid de precinto y cierre de La Enredadera". |