La universidad se encontraba vacía. Los últimos finales están por ser rendidos y en la última sesión del año del Consejo Directivo de la facultad de Filosofía y Letras se “trató” la reforma del plan de estudios de la carrera de Filosofía. El apuro de las autoridades del departamento de filosofía solo se puede explicar en relación a que lograron pactar tanto con los consejeros del Directivo de Filosofía y Letras como con el Consejo Superior de la UBA donde será tratado, y seguramente aprobado.
La directora de la carrera de Filosofía, Claudia Mársico, se acercó a “comentar” sobre las modificaciones del Plan de estudios de dicha carrera a la reunión de comisiones del Consejo Directivo (CD) durante la primera semana de diciembre, es decir, la semana pasada, repitiendo los mismos putos en una breve defensa el día martes que redundo en los supuestos beneficios de dicha reforma, y dando cuenta del “profundo” debate que se generó y que habría sido publicado en un foro. Muy democrático todo.
Esta reforma del plan de estudios estuvo lejos de ser el resultado de un debate donde los estudiantes podamos tener voz y voto.
Quizás acostumbrados a que la mayoría estudiantil de la junta de filosofía en manos de Épica sea tan obsecuente con el departamento y la gestión se les nublo el hecho de que los estudiantes de la carrera podíamos aportar al debate. Más bien, la meritocracia parece imponerse como lógica.
A pesar de esto, una reforma es necesaria, pero para imprimirle a la carrera una orientación que problematice el rol de la filosofía en la sociedad alrededor de diferentes aportes al servicio del pueblo trabajador y su lucha por el acceso a la educación, al mismo tiempo que reactualizando contenidos.
Nuestra compañera Lucia Battista, representante por la mayoría del claustro estudiantil del CD por la Juventud del PTS/Izquierda al Frente, planteó en la sesión “la importancia de reformar el plan de estudios que data de 1985, pero eso no significa hacerlo a espaldas de los estudiantes y de cualquier manera. Ya la composición de las Juntas Departamentales tienen un carácter anti democrático, donde los estudiantes que somos la mayoría indiscutida tenemos una menor representación que el claustro docente y el graduado, que ostentan la mayoría. A este hecho se suma al carácter restrictivo que tuvo el supuesto debate en comisiones ad hoc ligada a la junta departamental de filosofía donde participaron en su mayoría los integrantes de la misma junta con casi nula publicidad de los discutido allí, más que en foros según declaran desde el departamento”.
Un debate necesario que se tiene que dar de forma democrática
El paladín del departamento de Filosofía en el CD, el consejero por graduados, Hernán Inverso, con tono grandilocuente aclaró que esta reforma tiene en gran medida un sentido administrativo, es decir, según el señor consejero luego de los supuestos “tres años de profundo trabajo” la reforma “mejora” en hacer supuestamente más amenas las tareas administrativas para docentes y estudiantes. Extravagante concepción de reforma de un plan de estudios.
Ahora bien, ¿qué debate serio, con un “trabajo profundo” y democrático puede darse sin la participación de los estudiantes de la carrera? Creemos que ninguno. Por eso exigimos a las autoridades de la facultad en la sesión que el proyecto de reforma vuelva a la junta para que se convoquen a jornadas de debate que abran a toda la comunidad educativa la posibilidad de intervenir y elaborar una reforma del plan de estudios a la altura de los desafíos que hoy se presentan a los estudiantes de filosofía para conquistar espacios reales de discusión que rompan el esquematismo y unidireccionalidad actual de la carrera.
Esta propuesta fue rechazada por todos los consejeros de los diferentes claustros incluidos la Consejera por la minoría estudiantil del kirchnerismo perteneciente a Épica.
Una reforma que abre la puerta a una mayor mercantilización del conocimiento
La reforma plantea la creación de materias especiales, por ejemplo, “problemas especiales de…” y algunas optativas que son parte de un reclamo de sectores de alumnos/as de la carrera. Ahora bien, este hecho básico y elemental como lo es incluir algunas materias como las especiales, no puede dejar de lado que el nuevo plan de estudios se adapta al presupuesto de miseria de la facultad dejando abierta la puerta a mayor precarización docente y peores condiciones de cursada para los estudiantes. Más alla de los tiempos que plantea la reforma, no es para nada claro las implicancias de su implementación.
El proyecto de reforma plantea en su apartado “Alcances del título” que con el estudio de la Licenciatura “el egresado estará en condiciones de” por ejemplo “cubrir funciones en el sector productivo asociado a la gestión de recursos humanos y la evaluación de procesos y métodos”, entre otros donde se destaca el rol de la “gestión”, la asunción de “funciones en el ámbito de la gestión cultural y diplomática”. Sinceramente, le preguntamos a la directora de la carrera Claudia Mársico y al consejero Hernan Inverso, ¿qué nos quieren vender?.
Evidentemente en la intelectualidad progresista, de la cual son representantes académicos, el rol de la filosofía viene desplazándose hasta empalmar con lo que una inolvidable nota del diario de la familia Mitre, La Nación, resumió en su artículo titulado: “Vuelven los filósofos: un oficio clásico que se renueva” con fecha 19 de septiembre del 2014, allí dice Silvina Premat: “Lo que se viene -y empieza a verse también en la Argentina- son licenciados o doctores en filosofía que se desempeñan como investigadores de mercado, consultores de empresas, responsables o jefes en el área de recursos humanos o son coaches "existenciales" personalizados, conferencistas especializados en problemas de la vida cotidiana o tutores de talleres de filosofía para niños”.
De esta forma una casta privilegiada se arroja la potestad de determinar el plan de estudio de miles de estudiantes que fueron excluidos del debate. La reforma del plan de estudios no puede estar en manos de la casta profesoral que cercena el debate y la libre discusión de ideas, por eso detrás del carácter de esta reestructuración administrativa y burocrática, se sientan las bases para orientar el estudio de la filosofía hacia las garras de los empresarios y sus negociados.
Compartimos a continuación el proyecto de resolución que presentamos:
VISTO
El proyecto de reforma del Plan de Estudios de la carrera de Filosofía de nuestra facultad.
CONSIDERANDO
Que el mismo se presenta en la última sesión de directivo del año,
Que no fue producto de un proceso de debate abierto a la comunidad educativa de la carrera de Filosofía,
Que los órganos de co-gobierno de las carreras y en la facultad no son democráticos ya que los estudiantes tenemos somos minoría absoluta lo cual no se condice con la mayoría indiscutida que somos en la universidad,
Que según informaron las autoridades de la carrera la reforma se llevó adelante en una comisión ad-hoc que se habría desprendido de la Junta Departamental de la carrera, omitiendo así la participación y el aliento de la apertura de una discusión pública hacia toda la comunidad educativa (estudiantes y docentes) de Filosofía.
EL CONSEJO RESUELVE:
Artículo 1. Regresar el proyecto a la junta departamental de Filosofía.
Artículo 2. Impulsar jornadas de debate vinculantes para que la reforma sea producto de un verdadero proceso democrático, donde cada estudiante y docente de la carrera tenga voz y voto.
Artículo 3. De forma.- |