Cobrar un euro la hora. Esas son las condiciones de algunos jornaleros de los campos de la Región de Murcia, según las denuncias de UGT y CCOO, señalando la precarización absoluta que se vive en el campo murciano.
Una jornada en el campo apenas reporta a estos empleados unos 20 euros según explicaba Antonio Fernández (miembro de UGT en Lorca): "estamos hablando sobre tres euros o tres euros y medio la hora".
Ángel Torroglosa, secretario de CCOO en el Valle de Guadalentin denunció en la Cadena SER: "Hay algunas empresas, por llamarlo de alguna manera, porque no es lo generalizado, que están pagando por debajo del convenio". Afirmó además que a su sindicato llegaban denuncias de trabajadores cobrando un euro la hora por jornadas de 12 o 14 horas diarias.
Incidió además en las repercusiones de la crisis en el campo, donde como afirma Ángel Torroglosa "con el miedo a perder el empleo, hay muchas personas que están abusando de los trabajadores". Con lo que se mantienen la mano de obra en estas explotaciones agrícolas mediante la imposición de condiciones esclavistas aprovechando el terror que impone la miseria.
Los trabajadores del campo, un sector olvidado
Asimismo, Antonio Fernández ha llamado la atención sobre la desatención de los problemas de los trabajadores del campo. Dándose problemáticas muy graves en algunas empresas del sector, entre éstas destacan: la vulneración sistemática de las condiciones contractuales, del convenio laboral y los salarios que se pagan a los trabajadores.
Según afirma Ángel Torroglosa: "Ha habido un retroceso importante en materia de contratos de trabajo. La inmensa mayoría se hacen a través de ETT’s, sí es que se hacen". Por otra parte, Antonio Fernández incide en que "Las ETT’s están aportando mano de obra sin papeles y las empresas las están aceptando. No hay un control real de las ETT’s", "casi un 20% de los trabajadores empleados en plena campaña agrícola no tienen contrato".
Los sindicatos afirman que la patronal está sustituyendo los autobuses en que se transportaba a los trabajadores por furgonetas porque de esta forma es más difícil imponer cualquier tipo de control. Además, ponen en riesgo la seguridad de los trabajadores ya que los conductores también trabajan durante esas extenuantes jornadas aumentando los riesgos de accidentes.
En ocasiones hay trabajadores que acuden a trabajar en Albacete a las tres de la mañana y regresan a las diez de la noche. "Es una situación extrema, pero un ejemplo de lo que está ocurriendo", afirman en CCOO.
Las villas miseria del campo
Los sindicatos afirman que ahora no hay grandes poblados chabolistas como el que fue desmantelado en 2006 en la misma región (Ramonete, Lorca), donde residían 1500 personas. No obstante, Antonio Fernández afirma que "sí hay una infravivienda mal preparada para estos trabajadores". Cree además que en torno a 400 personas habitan en "condiciones infrahumanas (…) en viviendas adaptadas por los propios empresarios pero que no cumplen las condiciones mínimas".
El tráfico de seres humanos como complemento de nuevas prácticas empresariales agrícolas
En Julio de 2015 en Córdoba y Huelva detuvieron a una docena de individuos (1 español y 11 lituanos) que habían constituido una red internacional de trata de seres humanos. Engañaban a lituanos en su país de origen con falsos contratos en España, los hacían trabajar 10 horas al día por un salario de 30 euros a la semana del que los patrones descontaban una parte en concepto de transporte y otros “peajes por supuestos servicios” a pagar a sus explotadores.
Los empleados se quedaban con apenas 15 euros semanales, a los que los jefes añadían la ausencia de días libres o de vacaciones, agresiones e insultos. Los empleados fueron liberados cuando se desmanteló esta trama, pero es muy probable que haya un gran número de situaciones similares sin denunciar por temor a la miseria o las represalias violentas.
Las luchas para erradicar esta nueva esclavitud
Paradójicamente, la política de la burocracia sindical de CCOO y UGT se limita a pedir más inspectores e inspecciones de Trabajo en el sector, que éstas actúen con mayores medios y que actúen no sólo cuando hay denuncias si no de forma continuada. Con lo que se están limitando a “esconder la cabeza como las tortugas” al delegar en el cuerpo de inspectores de trabajo, y por ende en este Gobierno que no cesa en sus ataques al trabajador, el erradicar estos “modelos de negocio”.
Otros sindicatos como el SAT, en cambio, están planteando políticas como la necesidad de la reforma agraria, al igual que otros pequeños sindicatos que también plantean la expropiación de los latifundios, etc.
Se hace necesario acabar con el olvido de los trabajadores del campo en el Estado Español, a través de la Reforma agraria y la colectivización de la tierra bajo control de los trabajadores. Las evidencias históricas muestran claramente que ése es el único camino, ya que todos los gobiernos llevan años sin dar solución a los problemas de los jornaleros en el campo andaluz, reprimiendo las experiencias de ocupación de fincas y todo intento de organización, como lo muestra el encarcelamiento del dirigente del SAT, Andrés Bódalo. |