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La Izquierda Diario
11 de noviembre de 2014 Twitter Faceboock

ALEMANIA HUELGAS
Los ataques del Gobierno alemán a la huelga de los maquinistas
Stefan Schneider | Grupo RIO - Berlín

En Alemania, centro imperialista visto por muchos como el “ganador” de la crisis, hay pocas huelgas que se hayan transformado en verdadero asunto de Estado. Las direcciones burocráticas de los sindicatos hacen todo lo necesario para que las luchas obreras no salgan fuera de control. Pero la actual huelga de los maquinistas y las respuestas por parte del gobierno, los partidos del régimen y los medios, muestran que algo está cambiando en la lucha de clases en Alemania.

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La entrada en huelga de los conductores de trenes, organizados en el Sindicato de Conductores de trenes Alemanes (GDL, según sus siglas en alemán) se debe en parte a la competencia entre dos sindicatos: el GDL y el Sindicato de Ferroviarios y del Transporte (EVG, según sus siglas en alemán).

El EVG forma parte del gran aparato burocrático de la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB, según sus siglas en alemán) mientras que el GDL se encuentra por fuera del mismo, aunque en términos generales no es menos burocrático.
En el pasado el GDL solía representar solamente a los conductores de trenes, pero recientemente está buscando representar al conjunto de los trabajadores en la ex-empresa estatal Deutsche Bahn (Ferrovía Alemana, DB), lo cual está causando fuertes tensiones con el EVG. No sólo porque están compitiendo directamente sobre afiliaciones sino también porque cuestiona la lógica habitual conciliadora de los sindicatos de la DGB. Mientras tanto la empresa DB alienta el fuego, negándose a negociar con el GDL sobre un convenio colectivo que cubriera más profesiones que los conductores de trenes.

Por ahora, el GDL en este conflicto ha organizado varias “huelgas de advertencia” y dos paros completos, el último siendo de tres días que terminó el sábado pasado. Inicialmente este paro había sido anunciado por cinco días, coincidiendo con los actos de Estado por el 25 aniversario de la caída del muro del 9/11 y siendo la huelga más larga de la historia del gremio.

Hubo una campaña mediática feroz contra el GDL en la que participó el conjunto de la prensa burguesa, el gobierno alemán, todos los partidos del régimen (incluso figuras públicas del Partido de La Izquierda, Die Linke, si bien con un discurso más ambiguo) y gran parte de los sindicatos de la DGB. Como respuesta, el dirigente del GDL, Horst Weselsky, levantó la huelga al final de tres días en un “gesto de conciliación”, como dijo, para que los festejos del 9/11 no fueran comprometidos.
No obstante, se esperan más jornadas de huelga, porque el conflicto se encuentra aún lejos de una solución.

La huelga del GDL sale fuera de la lógica usual de las huelgas en Alemania fundamentalmente por dos razones. Por un lado, la versión burocrática de la consigna del “sindicato único” llevó a que usualmente haya solo un sindicato por gremio, sin la menor discusión política o estratégica en su seno. En el caso del sindicato GDL , que se encuentra por fuera de la Confederación DGB, el sindicato EVG es un competidor directo, y es por eso que la misma DGB también se volcó a la campaña mediática contra la huelga. Pero esa competencia también lleva a que el GDL se muestre como actor ofensivo y combativo para no perder afiliados.

Por otro lado, el conflicto se da en el marco de una discusión en la clase dominante alemana que comenzó en el año 2010 cuando la Corte Suprema alemana renunció al principio de que en una empresa solo podía valer un convenio colectivo.

Desde entonces, sindicatos por fuera de la Confederación DGB han hecho todo lo posible para extender su área de influencia. En general son sindicatos más pequeños y sometidos a más presión desde la base. Teniendo que legitimar su existencia por fuera de la DGB, estos sindicatos se presentan como mucho más combativos.
En su última huelga (en el 2007) el sindicato GDL exigió un aumento salarial del 30%, consiguiendo finalmente el 11%, cifra altísima comparada con resultados usuales de luchas salariales en Alemania. Ese nivel más alto de combatividad está cuestionando cada vez más las prácticas de conciliación de clases que acostumbró tener la burocracia sindical de la DGB.

Es por eso que el gobierno alemán lanzó un proyecto de restablecer por la ley el principio de “una empresa, un convenio”, en los hechos cortando el derecho de huelga de aquellos sindicatos que se encuentran fuera del convenio.
Esta discusión se está volviendo cada vez más urgente para la burguesía alemana debido a los incipientes signos de que la crisis económica está finalmente llegando a Alemania.

La campaña mediática contra la huelga del GDL muestra que no se trata solamente de un conflicto gremial sino de un conflicto político que pone en cuestión la estrategia de conciliación de clases de los aparatos sindicales.

Se trata de un ataque preventivo para erradicar los signos de un incipiente aumento de la conflictividad laboral en Alemania. El resultado final de la huelga – cualquiera que sea – será por lo tanto una señal para toda la clase obrera en Alemania. Si es posible luchar y ganar, o si en cambio la campaña “por arriba” y el rol nefasto de las direcciones sindicales conciliadoras de la DGB inhibirán el ascenso de la lucha obrera en este centro imperialista.

 
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