Luego de la masiva jornada de lucha del miércoles 14, desarrollada en distintos puntos del país (incluso con movilizaciones de investigadores y becarios residentes en París) y en la que más de 500 trabajadores del Conicet (entre Becarios, Investigadores y trabajadores del organismo) tomaron pacíficamente la sede central del organismo para reclamar contra el ajuste, las autoridades de Conicet parecen sufrir de sordera: ayer publicaron el listado de investigadores e investigadoras que ingresarán este año en carácter de trabajadores efectivos (recordemos que el sistema de ciencia y técnica tiene trabajadores precarios que son los Becarios). Esto implica una reducción del 60% respecto del año pasado, pero además una reducción de igual proporción respecto de aquellos a quienes las Comisiones Evaluadoras recomendaron para ingresar. El número de recomendados fue de 875, 490 más de lo que el organismo decidió incorporar.
¿Qué implica no ingresar a Carrera de Investigador?
En primer lugar, quedarse desempleado en la medida en que, como reconocen las autoridades del organismo (nadie puede acusarlos de falta de cinismo) el sector privado no “absorbe” doctores debido a que es un nivel de formación y especialización en áreas y problemas que no tienen “rentabilidad inmediata”. Aclaremos que los despidos, no hay otra forma de llamarlos, se aplican sobre trabajadores que han pasado por varios años de preparación y que han organizado su vida laboral alrededor de los organismos de investigación. Y que además han sido recomendados por concurso para acceder al puesto y ahora sufren un claro perjuicio para ellos y sus familias. En segundo lugar significa decenas de líneas de investigación que morirán en la nada (con toda la dilapidación de tiempo y recursos públicos que eso significa) debido a que los investigadores e investigadoras que las venían desarrollando en su carácter de Becarios Doctorales y Posdoctorales, estarán ahora desocupados. Aquí hay que entender una cosa, la investigación científica es una tarea necesariamente colectiva (aunque la propia perversidad del sistema científico mercantilizado la haga aparecer como una actividad de “personalidades”). La expulsión de los investigadores que hoy están quedando afuera no sólo afecta a sus propias líneas de investigación (que perecen) sino a todas aquellas con las que están relacionadas y para las cuales los resultados de dichas investigaciones son insumos necesarios de sus propias preguntas y problemas de trabajo. En síntesis, esta reducción provocará un efecto dominó en las investigaciones en curso bajando la calidad de todas ellas. En tercer lugar implica una nueva degradación del sistema de Universidades Públicas del país (uno de los blancos de ataque de todas las políticas neoliberales en Argentina), en la medida en que es en esas Universidades en que estos doctores y doctoras se forman. Desde la década del noventa en adelante (y el kirchnerismo no significó una reversión en el área) la política estatal para las Universidades Nacionales ha sido el intento de transformarlas en “universidad enseñadero” con carreras cada vez más cortas, más técnicas y con más “salida laboral” (es decir, enseñadero de mano de obra para el mercado de trabajo). La contrapartida de esa política ha sido la reducción del presupuesto para investigación científica, para formación de posgrado o especializaciones (en su gran mayoría pagas) y el ataque a las disciplinas y áreas de investigación “no rentables”. El recorte en Conicet, que incluye aumentos nominales por dejado de la inflación y la reducción a la mitad del presupuesto de la “Agencia” que aporta fondos para el financiamiento, profundizará esta tendencia en las universidades públicas en la medida en que aquellos que estén interesados en la investigación científica verán su propio deseo con recelo dada la imposibilidad de tener un trabajo como Investigador (es fácil imaginar cómo se están frotando las manos los eternos reformadores de los programas de las carreras universitarias al grito de “para esa disciplina no hay salida laboral”!!!).
Ciencia y Técnica no es una isla
Suele presentarse el ajuste en el Conicet como una pura especificidad de los científicos. Su especificidad es innegable dadas las particularidades que tiene el tipo de trabajo que desarrollan, el sistema de concursos con el que ingresan, etc. Sin embargo, este ajuste no sólo es parte sino que sigue la misma lógica del ajuste en todos los ministerios que el gobierno de Macri viene haciendo desde principio de año. Ajustes que dejan a miles de trabajadores en la calle, aunque la incidencia de esos despidos/recortes en el presupuesto nacional es completamente marginal. Para poner un ejemplo: aprobar el ingreso a Carrera de Investigador del conjunto de postulantes que fueron recomendados (890) significaría menos de 200 millones de pesos (una cifra muy inferior respecto de los 3000 millones que fueron recortados de la propuesta original de presupuesto del MinCyT). Evidentemente, el problema no son esos menos de 200 millones sino la “batalla política” que está librando el gobierno (con los kirchneristas-devenidos-exkirchneristas del Ministro Barañao y el Presidente Ceccatto) para dejar claro que el ajuste lo vamos a pagar los trabajadores (usemos guardapolvo u overol). En este escenario lo que no se entiende es la política de la conducción de ATE que viene tratando el conflicto en Conicet como un conflicto sectorial en lugar de tratarlo como lo que es: parte del ataque en toda la línea a los trabajadores estatales, entre los cuales están también los que trabajan investigando.
Quizás, una clave para entender esa actitud es inscribir a la conducción de ATE dentro de lo que ha sido la política de todos los agrupamientos kirchneristas del sector hasta el momento: apostar a sus “amigos del Directorio de Conicet” para ver si ellos podían “meter presión” y conseguir alguito. Durante todo el año, con el ajuste en curso, los kirchneristas mantuvieron su apuesta a Ceccatto como “su hombre en el organismo” hasta que la situación se volvió tan insostenible que fue el propio Ceccatto que cortó con tanta dulzura y salió a decir clarito como el agua que el ajuste era justo y necesario. Fueron tan brutales las declaraciones de Ceccatto avalando el ajuste y adoptando el discurso privatista del macrismo que los kirchneristas tuvieron que volver a tragar saliva (como lo habían hecho sólo unos meses antes con Barañao). Sin embargo, esta nueva prueba de que la apuesta al Directorio (en cuya composición se incluyen representantes de la IUA, entidades rurales y universidades privadas) y sus negociaciones de mesa chica no funcionan, parece no alcanzar. Página 12 de hoy titula su nota sobre el tema diciendo: “El directorio de Conicet se rebeló contra el ajuste”.
Extraño título para referirse a un Directorio que no sacó el comunicado por motus propio cuando el ajuste ya estaba anunciado, sino que recién lo hizo bajo la presión de la movilización del día miércoles 14/12 en la que fueron obligados a recibir a los manifestantes porque estaba tomado el edificio. Y en respuesta a una movilización independiente con la finalidad de exigir a las autoridades del Directorio, que fue motorizada por la agrupación Jóvenes Científicos Precarizados (JCP) y otros agrupamientos y organizaciones solidarias. En el comunicado fechado el día jueves 15/12, el Directorio expresa su “preocupación” por la situación presupuestaria y se compromete a buscar más presupuesto. Acto seguido, el Directorio publicó el listado del ajuste. En fin, Página 12 corre el riesgo de ser un diario de Yrigoyen, cuando el mismísimo Yrigoyen ya no es yrigoyenista.
Este lunes hay una nueva movilización al Polo Científico y Tecnológico a las 11hs convocada por Jóvenes Científicos Precarizados, a la que adhieren Ate-Sociales y otros agrupamientos y que contará con la solidaridad del sindicato docente AGD-UBA y los centros de estudiantes como el Cefyl, el Cecen, entre otros, que ya se movilizaron el 14/12. Frenar el ajuste exige la más amplia movilización y todos los agrupamientos de CyT deberían estar presentes para garantizar el ingreso de todos los recomendados, el aguinaldo para los becarios y el cese del ajuste en Ciencia y Técnica. |