La Izquierda Diario dialogó con los bailarines del Ballet Estable del Teatro Colón que vienen desarrollando reclamos y denunciando el uso del espacio para eventos privados que impiden que se cumpla con la programación del año, así como por mejoras en las condiciones de su trabajo.
Podrían contarnos cuál es la relación que tienen los bailarines con los directivos del teatro y del ballet en este momento.
Actualmente la compañía de ballet no tiene comunicación con los directivos, ni generales ni artísticos, ni siquiera con la dirección del Ballet Estable, como un ejemplo de esto es que nos encontramos con un cartel pegado en la sala de ensayo que anunciaba que las funciones de Giselle del 28 y 29 de diciembre habían sido suspendidas, nunca lo escuchamos de boca de ellos. Hemos pedido en varias oportunidades reunirnos con nuestro director o codirectora, sin éxito.
Denuncian y piden por condiciones que son prácticamente básicas para el entrenamiento de un cuerpo de baile, generando una situación de mucha precariedad en el desarrollo de su trabajo ¿Qué respuestas han obtenido sobre estos reclamos?
Las respuestas a los constantes pedidos de la compañía siempre fueron ¨ya fue pedido¨, ¨ya está llegando¨ ¨son tiempos burocráticos¨ en cuanto al pedido de más funciones y más títulos, fue una completa sorpresa enterarnos de la temporada 2017, con solo 22 funciones y 4 títulos en el Colón. Ya que en reiteradas oportunidades la dirección del ballet nos dijo que se estaban adelantando a los demás cuerpos para ocupar más fechas dentro del Teatro. Será el año con menos funciones en la historia del Ballet Estable.
Acerca de la programación vienen denunciando y expresando su disconformidad en cuanto a la selección de obras y la puesta de las mismas, así como reducciones de funciones y del cuerpo de baile y solistas en escena.
Aspectos que desde su especificidad también vienen denunciando otros sectores del teatro.
¿Qué visión tienen sobre la problemática de la producción propia en el teatro y que opinión tienen sobre cómo debería organizarse la programación?
Estamos totalmente en contra de que los directores de la compañía monten sus obras y se adjudiquen el título de coreógrafos del Ballet Estable del Teatro Colón, más aún cuando se trata de títulos clásicos de los que existen versiones maravillosas con las que la compañía ya cuenta en su repertorio. En este sentido, la compañía ha perdido repertorio histórico de grandes joyas del ballet mundial.
Durante el montaje de una obra, es indispensable la presencia del coreógrafo y del director de la compañía, que en repetidas ocasiones ha sido la misma persona durante este último periodo, quien se ausentaba constantemente durante los ensayos, privando a los bailarines del montaje, información, correcciones, detalles de estilo o simplemente indicaciones básicas, dejando a cargo de los ensayos a repositores y a la misma Codirectora la Sra. Myriam Barroso, quienes en numerosas ocasiones cuando son consultados acerca de la coreografía, responden: “…eso se lo preguntaremos al coreógrafo cuando venga…” .
Los ensayistas que quedan a cargo de los ensayos al ser ineficientes en administrar los tiempos y los bailarines, generan que casi siempre se llegue a ensayar más o menos bien con uno/a o dos bailarines/as solistas/primeros bailarines, por lo cual solo sale a escena aquel que esté mejor preparado/a, no todos cuentan en este sentido con la misma ventaja y oportunidades.
La producción propia es lo que hace único al Teatro Colón, es uno de los pocos teatros en el mundo que tienen esa capacidad. Debería ser motivo de orgullo que un espectáculo sea íntegramente realizado por los trabajadores del Teatro, ni decir que es sumamente más barato y la calidad del trabajo de los artesanos es impecable.
¿Cuentan con el apoyo de demás sectores dentro del teatro? ¿Y por fuera del teatro?
La verdad es que hay una situación general dentro del teatro donde la mayoría de los cuerpos estables estamos pidiendo una mejora de algún tipo. Y nos estamos escuchando y ayudando mutuamente en lo que nos es posible. Lo cual genera un hermoso vínculo entre los trabajadores.
Fuera del teatro tenemos muchísimo apoyo también, desde el público, por ejemplo, que cada noche nos acompaña con aplausos mientras sostenemos los carteles de ¨BASTA¨ delante del telón una vez finalizada nuestra labor escénica. Es muy emocionante esta situación donde los espectadores se quedan aplaudiendo (de pie en su gran mayoría) no solo a la función que acaban de asistir sino también a los trabajadores que simplemente piden subir al escenario de su propia casa con más frecuencia, entre otras cosas. También contamos con la ayuda de familiares y amigos quienes antes del ingreso al Anfiteatro Eva Perón del Parque Centenario, voluntariamente entregan un folleto al público donde explicamos cuál es la situación a futuro del Ballet Estable.
Sabiendo cómo viene la temporada 2017, en la cual han manifestado la continuidad de políticas que van en detrimento del Ballet y del Teatro Colón en su totalidad. ¿Cómo van a continuar con la visibilización y denuncia de las problemáticas? ¿Han pensado acciones o coordinación de conjunto con los demás sectores?
La situación ideal sería que nuestros directivos estén al frente de nuestras causas, sosteniendo la batuta, dirigiendo y respetando a sus trabajadores, pero si ellos no salen a apoyar a sus artistas por una mejor situación para todos, entonces seguiremos dando pelea por lo que nos corresponde, a nosotros como bailarines, y al público amante del ballet y espectadores en general. Estamos teniendo muchísima adhesión y repercusión en las redes sociales, lo cual nos ayuda a darnos cuenta que no estamos solos en este camino.
Frente al discurso de la gestión de “abrir” el teatro al público y hacerlo más “popular” destinando su uso para eventos que no hacen a la particularidad artística en sí, ni a favorecer su desarrollo, ni el de sus artistas.
¿Qué opinión tienen acerca de que el teatro “abra” el juego a que un público más amplio pueda disfrutar de las puestas del Ballet sin que eso vaya en detrimento de la cualidad artística?
Es erróneo pensar en abrir a lo popular el Teatro y automáticamente pensar en cantantes de varios géneros musicales, actores extranjeros, etc que alquilan la sala para hacer sus shows. Estos espectáculos llegan a costar el triple del valor de una entrada de ballet, ópera o concierto.
Una platea para ver ballet cuesta alrededor de $1.800 y se hacen 5 funciones. ¿Por que no se pueden hacer 10 o 15 funciones a $500? Eso es abrir el teatro a la gente. Eso es hacer popular a los espectáculos que ofrecen los cuerpos artísticos del Teatro Colón. Además dentro de la ley de autarquía del Teatro Colón, se prohíbe el alquiler de la sala, así que no hay mucho más para agregar.
El problema no es bailar en otros ámbitos fuera del Teatro Colón, el problema es cuando en las fechas que debería estar el ballet en el escenario de la sala principal, se alquila para otros eventos. Comparándonos con otras compañías a nivel mundial, donde hacen en promedio de 100 funciones anuales, nosotros haremos un total de 22 funciones dentro del teatro durante el 2017. Lo que pedimos es una cantidad mínima de 60 funciones anuales y obviamente a eso agregar, giras nacionales, internacionales y otros espacios adecuados para funciones de ballet. Somos el Ballet Estable del Teatro Colón, somos un cuerpo artístico de ese Teatro, necesitamos y debemos bailar en nuestro escenario. Sentimos que nos cierran el telón en nuestra propia casa.
¿Hay algo más que quieran agregar o transmitir?
Solo nos queda agradecer enormemente a cada individuo, organización, miembros de la prensa, foros online y a nuestros colegas por ayudarnos a difundir nuestra situación en busca de una mejora. Y un agradecimiento muy especial a los trabajadores de la Dirección General de Música, que nos han brindado todo su apoyo y nos permiten manifestarnos en el Parque Centenario.
Bailarines del Ballet Estable del Teatro Colón
Giselle
Continúan las funciones martes 20, miércoles 21 y jueves 22 de diciembre, todas a las 20 h, en el Anfiteatro del Parque Centenario, Leopoldo Marechal 1000