Los jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001, al igual que en el resto del país, se vivieron con intensidad en Rosario. Santa Fe es la provincia con más muertos en relación a su cantidad de habitantes producto de la feroz represión desatada. La Policía santafesina asesinó a siete de los nueve fallecidos en la provincia.
El asesinato de Claudio Pocho Lepratti, como el del resto de los nueve fallecidos en Santa Fe, fue un balde de agua fría para todos aquellos militantes y activistas que en esos días tomaban las calles de Rosario, llenaban el Monumento y ocupaban las facultades. Militante social y cristiano, Pocho oficiaba como asistente escolar en los comedores de las escuelas de las zonas periféricas. La escena es conocida: Claudio se sube al techo de la escuela donde trabajaba en barrio Las Flores, simplemente pide a los efectivos que dejen de tirar que solo había chicos comiendo y una bala policial le perfora la tráquea dejándolo sin vida.
La de Pocho fue la única causa de las muertes del 2001 en Santa Fe que se elevó a juicio y logró condenar a algunos de los responsables de su asesinato. Sin embargo, la impunidad policial logró sortear estos 15 años, escabullida entre la complicidad política y judicial que mantienen a la inmensa mayoría de los responsables de los asesinatos del 2001 libres en sus casas y en la calle.
La complicidad del peronismo, implicado directamente en la represión, y de los gobiernos socialistas posteriores que mantuvieron un manto de impunidad sobre los imputados por la represión policial, es más que evidente. Pero esta causa supera los límites de lo grotesco, llegando al punto en que uno de los policías que disparó contra la vida de Pocho no sólo se encuentra libre, sino que integra las filas del PRO, según señaló el diario Perfil en una nota por el aniversario de su muerte. Se trata de Esteban Velázquez quien fue fiscal del PRO en las elecciones pasadas y trabajo para la campaña electoral de la alianza gobernante.
“Si hacemos un balance de la policía acá en Santa Fe en 15 años, excepto por fallecimiento de alguno oficiales o jubilación, la mayoría de los implicados en los asesinatos siguen en funciones, siguen bridando la “seguridad” al ciudadano y ciudadana de esta provincia, y por supuesto que más bronca te da al ver a los responsables políticos a nivel nacional y provincial que lejos están de haber rendido cuentas”, sostuvo Celeste Lepratti, hermana de Pocho y actualmente concejala por el Frente Social y Popular en la ciudad de Rosario, en una entrevista brindada a La Izquierda Diario.
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A los beneficios brindados por la justicia, hay que recordar que primero la Cámara Penal primero sobreseyó a los cinco imputados de la causa de Pocho por entender que “no había pruebas suficientes”, que fue revocado en el 2015 por la Corte Suprema provincial. Sin embargo aquí si aplican los beneficios de la “puerta giratoria” y los policías ni siquiera cumplieron la condena.
“Seguimos señalando que ningún gobierno ni a nivel nacional, ni provincial se puso en serio a acompañar estas causas, a querer esclarecerlas. Es realmente una deuda gigante que tiene la democracia y los gobiernos con sus distintos colores, hacia lo sucedido”, sostenía Celeste Lepratti en aquel intercambio.
Mientras Macri y Morales sostienen una detención escandalosa contra Milagro Sala, una farsa para criminalizar la protesta social, albergan en sus filas a los asesinos del 2001. Esta ligazón del PRO con los perpetradores del 2001 no empieza ni termina con Velázquez. Es el mismo partido que alojó en sus filas a otros de los grandes responsables por las nueve muertes del 2001 en Santa Fe: Carlos Reutemann, que en ese momento se desempañaba como gobernador y que hoy ocupa una banca en el Senado. A 15 años del 2001 la lucha por justicia y cárcel a los responsables se mantiene más vigente que nunca. | 
