En la imagen, familiares de personas desaparecidas fuera del predio donde estaba el mercado, a la espera de información.
Hasta el momento la tragedia dejó un saldo de 35 personas que perdieron la vida, 56 lesionados (muchos de ellos de gravedad), y al menos 12 desaparecidos, una cifra que se eleva a 32 según fuentes de redes sociales.
Se suma a este panorama desalentador la pérdida de alrededor de 30,000 puestos de trabajo, según afirmó el alcalde de Tultepec. Esto porque la economía del municipio gira alrededor de la industria de la pirotecnia, cuyo epicentro era el mercado de San Pablito. El 65% de la población labora directa o indirectamente en esa industria.
El horror no termina: los heridos más graves están hospitalizados en Zumpango y tienen riesgo de vida. De los 33 cuerpos de las personas fallecidas, sólo se reconocieron 19. Hay 14 sin identificar. Familiares peregrinan por la morgue, los hospitales y también en los escombros del mercado buscando a sus seres queridos que permanecen desaparecidos.
Se multiplican los testimonios de dolor y de impotencia. Hay denuncias contra el despotismo de la policía. El gobierno no da los informes prometidos. Eruviel Ávila, gobernador del Estado de México, se dedica a tomarse selfies desde los hospitales donde están ingresados los heridos. Su prioridad es hacer campaña electoral para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenece.
Hace sólo una semana Juan Ignacio Rodarte Cordero, director general del Instituto Mexiquense de la Pirotecnia –institución en la que se han invertido cerca de 65 millones de pesos en los tres años pasados–, afirmó que San Pablito era "el mercado más seguro en Latinoamérica".
No obstante, según testimonios recabados por distintos medios, esto no fue así. Aun con la realización de verificaciones hace apenas tres meses por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) “en el centro de distribución del mercado se almacenó más mercancía de la permitida, y que ‘no hubo quien cuidara eso’; que no se respetó la distancia de 15 metros que debía mediar entre los locales para impedir la propagación del fuego entre uno y otro y que la separación entre el mercado y el estacionamiento era de cerca de la mitad de la prescrita”, según indica La Jornada.
De acuerdo con el Reforma, se exhibían productos fuera de los locales, aun cuando esto, según el protocolo de seguridad de la Sedena, estaba prohibido. Señalan que esto se podía ver en videos filmados en el lugar por ese medio el pasado 29 de noviembre, así como en fotografías tomadas en diciembre del año pasado.
Una vez más, se revelan las terribles consecuencias de la corrupción para la clase trabajadora y los sectores populares. |