Extrovertido, pasional, loco, obsesivo, trabajador, ambicioso, te contamos por qué Coudet es una de las gratas sorpresas dentro de un fútbol cada vez más aburrido, apático y avaro.
“Es increíble como este club no puede ligar. Fue el final de una historia muy buena que no se pudo coronar con un campeonato", dijo un Coudet abatido luego de perder su segunda final consecutiva con el club de su vida. Porque a veces en el fútbol como en la vida lo que se desea con tanta pasión no se puede conseguir, aunque siempre lo importante sea el camino y las ganas de intentarlo.
El jugador-hincha
El romance de Coudet con Central nació apenas llegó a Rosario a mediados de 1995. En su debut como jugador y sin conocer a sus compañeros (ya que llegó como último refuerzo a la concentración) fue frente a Independiente y entrando en el segundo tiempo marcó el gol del empate del conjunto auriazul en Avellaneda. Ese mismo año participó de la epopeya de la Copa Conmebol (único título internacional del equipo rosarino), en una jornada histórica del conjunto dirigido por el gran Ángel Tulio Zof que remontó un 0-4 adverso contra el Atlético Mineiro de Brasil (único caso en el mundo de una remontada de tal magnitud). La historia de ese equipo estuvo atravesada por muchísimos problemas económicos: Comisión Directiva que no quería jugar la copa por los gastos y jugadores poniendo dinero de sus bolsillos. Por eso también esta obtención, la última del conjunto de Arroyito tuvo más disfrute, ya que se consiguió a base de gran esfuerzo.
Coudet junto a su compañero Vitamina Sanchez cumplieron la promesa de permanecer toda la noche en el césped del estadio con las luces apagadas y linternas en mano si se daba la heroica. Ese loco Coudet luego de la goleada propinada en contra en el Mineirao y en pleno avión le dijo a su compañero: “Tranquilo que la semana que viene la damos vuelta”. Chacho tuvo dos pasos más por la institución, en 2004 (6 meses) y 2006 con despedida en el Gigante entre lágrimas.
Uno de los nuestros
El día que Coudet festejaba el titulo con River en Arroyito, es reemplazado, se saca la camiseta de la banda y queda con la de azul y amarilla de entrenamiento y un gorrito auriazul de yapa. Luego se iría por el playón rodeado del cariño del pueblo centralista.
Su carrera tuvo gran impacto en el super River de los cuatro fantásticos (Saviola, Ángel, Aimar, Ortega) donde fue multi campeón. El hombre oriundo de Saavedra recuerda que fue el mejor momento de su carrera y que decían que Bielsa, entrenador de la selección en ese momento, lo venía siguiendo. Chacho dijo en relación a eso cuando un periodista le preguntó que “parece que viene siguiéndome en bicicleta porque nunca me llamo”. Una de las tantas humoradas de uno de los jugadores más excéntricos de nuestro fútbol. Los últimos años de su carrera tuvo breves pasos por el fútbol mexicano y estadounidense.
Algunos lujos y goles del Chacho
El técnico-hincha
“Va a durar un puñado de partidos”, “es un vendehumo”, “vago y loco”, eran algunas de las tantas mediocridades que se escuchaban a diario cuando asumió la conducción técnica en enero de 2015. Lo cierto es que Coudet en dos años de trabajo potenció jugadores del club (Montoya, Salazar, Cervi, Lo Celso, Nery Dominguez) y otros no del semillero (Musto, Donatti).
El primer refuerzo que pidió fervientemente fue Marco Ruben, que en los dos últimos años en México era suplente y había hecho apenas dos goles. El capitán del equipo no solo fue el goleador de la temporada 2015, sino elegido la figura del año en el fútbol doméstico.
Una de las grandes virtudes de Coudet ha sido el ojo para elegir ciertos jugadores y la insistencia para que estos vengan. A mediados de año puso el ojo en un defensor argentino con rastro perdido en el fútbol alemán. Pinola, quien terminó siendo el mejor central de esa temporada, y convocado a la selección nacional. El otro fue Larrondo, quien era un desconocido para el fútbol nuestro y luego de navegar por Europa sin éxito fue rescatado por Coudet para ser también otro pilar importante del equipo.
Ese año el periodismo en general se mostró sorprendido por el Central del Chacho, al que calificó como el que “mejor juego desplegaba”. Lo cierto es que se quedó sobre el final sin el torneo (aunque siendo animador hasta el final e invicto en casa). En la copa fue ultrajado por Ceballos y Aumente (arbitro y línea de ese encuentro) contra Boca en la final (gol en offside y penal 1 metro fuera del área).
En 2016, luego de ese golpe duro, tuvo el desafío continental, cumpliendo una gran labor, goleando en varios encuentros en fase de grupo, ganando en Brasil por primera vez, y quedando eliminado por el que sería campeón de América luego, a un minuto del final en tiempo de descuento.
Dentro de sus defectos podemos encontrar aspectos de su personalidad efusiva que lo llevan a cometer errores como cualquier mortal. Coudet ha sido uno de los técnicos más expulsados de la historia del fútbol argentino, acá en una de esas escenas típicas vividas.
Uno de los nuestros (parte II)
El día que festejó un gol habiendo sido expulsado antes por el árbitro y saliendo por detrás de los carteles (aunque muchos pensaran que saltaba de la tribuna) en el último minuto, en uno de esos partidos donde Central estaba puntero.
A mediados de año Coudet amagó con irse de la institución, pero una manifestación de hinchas hacia el predio de Arroyo Seco (a 30 km de Rosario) lo hizo cambiar de postura. El segundo semestre lo encontró sin rumbo en el campeonato local, aunque nuevamente depositando a la institución en una nueva final de Copa Argentina, contra el poderoso River. Más allá de nuevos fallos arbitrales inclinando la balanza para el conjunto de Nuñez, el equipo de Coudet cometió algunos errores que los pagó carísimos. Sobre los rumores de su futuro dejó en claro algo cuando hablo en Radio La Red unos días después de la tormentosa final: "No voy a dirigir en el país, no es un dato menor que salgo de perder una final con el club que amo. Hay que darle un tiempo a todo".
¿Cómo habrá que recordar al Central de Coudet? Como un equipo que le devolvió al club el protagonismo, perdido por años, en todas las canchas, dominando el juego en el Monumental, la Bombonera, Brasil o donde sea, con identidad marcada, definida, con ambiciones de plantarse en campo contrario. ¿Defectos? Sí, por supuesto, muchos y de variada índole, pero comprometido hasta el final.
Plantaste una semilla y como reza esta bandera: “vos y yo hasta el final”