Lo nuevo
Lleva ya unos años de declive paulatino y persistente la crisis de los partidos del régimen coaligados en la Alianza por Chile y la Nueva Mayoría, con su corrupción, sus leyes anti-populares, sus privilegios, sus colusiones, concitando una creciente distancia y rechazo. Lo mismo pasa con sus instituciones como el Parlamento, la Justicia, sus medios de prensa.
Pero hay algo nuevo. Del rechazo y la distancia, se comienza a transitar hacia la búsqueda de alternativas. La última encuesta CEP lo refleja: de las tres figuras más valoradas, dos son de las nuevas organizaciones que expresan su rechazo a lo que ya se conoce, repudiándolo, como “el duopolio”: los diputados Gabriel Boric con 45% de aprobación y Giorgio Jackson con 41%, apenas detrás de la carta debajo de la manga que sacó la Nueva Mayoría, Alejandro Guillier con 47%.
Es una primera manifestación de la búsqueda de nuevas expresiones políticas. ¿Por parte de quiénes?
Los otros resultados de la lucha de clases
Estas nuevas expresiones políticas que pugnan por fortalecerse como alternativa política, son parte de un movimiento más vasto y más hondo, estudiantil, sindical y social. Desde el 2011 con las masivas movilizaciones estudiantiles, preparadas por el 2006 y 2007 de los secundarios y los trabajadores subcontratistas, clases, fracciones de clase y capas sociales explotadas y oprimidas se pusieron en movimiento, poniendo todo en cuestión. Aún no logran triunfar en sus demandas. Fue solo un primer embate. Pero hay tres grandes resultados que están remeciendo todo Chile.
El primero, es que lograron cambiar la agenda política nacional, desplazándola a la izquierda. Si hasta entonces se discutían privatizaciones, productividad, focalización del estado subsidiario, para profundizar y perfeccionar la herencia de la dictadura, desde entonces se discute la gratuidad en la educación superior, la necesidad de terminar con el Código Laboral pro-empresarial, la violencia de género, la responsabilidad de las empresas en la destrucción medioambiental, el saqueo de los recursos naturales, la colusión contra el pueblo trabajador. Son demandas que hay todavía que conquistar, pero es algo más.
El segundo, una nueva subjetividad, donde todo se pone en cuestión, pero buscando formas nuevas para conquistarlas. Re-surgen métodos de lucha más combativos, movilizaciones masivas, tomas de lugares de estudio y lugares de trabajo, resistencia contra la represión. Se cuestionan también las dirigencias cupulares que deciden a espaldas de sus bases. Se buscan nuevas formas de organización, desde sindicatos base más democráticos y combativos, a masivos y amplios movimientos como NO+AFP o Niunamenos. Chocan una y otra vez contra la intransigencia del régimen, y buscan nuevas vías.
El tercero, la búsqueda de una expresión política, que sobre estas bases, comienza a configurar una nueva izquierda, que tiene así raíces profundas, no es el resultado de ninguna ingeniería política.
Una nueva izquierda, combates y debates
Es una nueva izquierda heterogénea, con distintas organizaciones y tradiciones.
Tienen en común que todas, cada una con sus distintas políticas, han sido y son parte de las estas grandes luchas de los últimos años. Giorgio Jackson de Revolución Democrática, Gabriel Boric del Movimiento Autonomista, Bárbara Brito del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) y referente del movimiento de mujeres Niunamenos, vienen de las movilizaciones estudiantiles. Están en la discusión pública, nacional o del movimiento sindical, entre otros, Cristian Cuevas de Nueva Democracia y ex dirigente de los trabajadores subcontratistas de la minería, Luis Messina dirigente de la Coordinadora NO+AFP y de la Confederación Bancaria, Patricia Romo dirigente de los profesores indignados en la “rebelión de las bases” de Antofagasta y ahora presidenta de ese comunal del Colegio de Profesores y militante del PTR.
Con mayor fuerza suenan los partidos que impulsan el Frente Amplio: Revolución Democrática, Movimiento Autonomista, Partido Liberal (del diputado Vlado Mirosevic), Nueva Democracia, Partido Amplio Social de Izquierda (PAIS, del senador Alejandro Navarro), Partido Igualdad, Partido Poder, Partido Humanista, Izquierda Libertaria, junto a Izquierda Autónoma, el Partido Ecologista Verde y Convergencia de Izquierda. Cuentan con los dos diputados mencionados, con el alcalde de Valparaíso Jorge Sharp y con concejales. Se propondrían lograr una bancada de 15 diputados presentando una lista única, y también una candidatura presidencial única.
Probablemente no sea todavía la hora de desbancar a la derecha y a la Nueva Mayoría. Pero el terreno está en abono. Probablemente, tampoco sea posible mediante las elecciones.
Recientemente inició su proceso de constitución como partido político el PTR, como parte del camino por construir un partido revolucionario de la clase trabajadora.
Detrás de aquellos combates dados, y los nuevos que los encontrarán en las calles, están los debates. Las distintas organizaciones de esta nueva izquierda son heterogéneas entre sí, y debates hasta ayer confinados, comienzan a amplificarse y a teñir el debate nacional.
Debates que se dan profudamente. Incluso al interior del Frente Amplio. En reciente entrevista a Boric y Jackson, por ejemplo, ante la pregunta de si apoyarían en una segunda vuelta a Guillier, el primero lo rechazó rápidamente, mientras que el segundo dejó la puerta abierta a un eventual apoyo.
No es un problema de mera táctica electoral. Es un debate sobre el tipo de herramienta política que se necesita construir.
Es que el proyecto del Frente Amplio de una izquierda ciudadana de los movimientos sociales y antineoliberal por los derechos sociales, permite dejar esas puertas abiertas. Los estudiantes, trabajadores y militantes de sus distintas organizaciones, pueden preguntarse si esa eventualidad en una segunda vuelta tiene algo que ver con la decisión de no definirse como de izquierda. O si el debate abierto también públicamente entre las organizaciones del Frente Amplio, sobre cuál es el sujeto, si la clase trabajadora encabezando una alianza con el resto de los sectores explotados y oprimidos o una pluralidad de movimientos sociales, tiene que ver con que las denuncias, por ejemplo de Boric sobre los intereses empresariales en La Araucanía, que no se siguen con la lucha por la expropiación bajo control de los trabajadores y las comunidades mapuche de esas tierras y territorio, como mínimo presentando un pryecto de ley con la tribuna que le da el ser diputado para instalarlo en el debate nacional. O si el propósito de su alcalde Jorge Sharp en Valparaíso de una alcaldía con transparencia y participación puede transformarse en la posibilidad de decisión, no solo participación, del pueblo trabajador de la ciudad puerto, por ejemplo, pasando a propiedad municipal, y bajo control de sus trabajadores y usuarios, las empresas de agua y recolección de basura, terminando con la externalización y el negocio de las empresas (lo que hoy ya existe en algunos municipios, por otras razones, sin estar encabezados por alcaldes de izquierda).
Para impedir cualquier posibilidad de alianza o apoyo a sectores, progresistas, de los partidos empresariales de la Nueva Mayoría, para pasar de las palabras a los hechos y afectar efectivamente la propiedad privada de las empresas que expolian al pueblo mapuche y explotan a sus trabajadores, para re-estatizar bajo control de los trabajadores y usuarios las empresas privatizadas, la alternativa es la de una izquierda anti-capitalistas de los trabajadores, independiente de toda variante empresarial y de sus partidos de la derecha y la Nueva Mayoría, que se propone construir el PTR. No con sus solas fuerzas, sino que luchando también y pudiendo poner a disposición la legalidad que busca conseguir, la tarea de construir un Frente de la Izquierda y los Trabajadores, como la experiencia de Argentina demuestra que es posible, y con candidaturas independientes de los trabajadores que en Chile comienza a plantearse, como con la discusión abierta en el movimiento No+AFP, anteriormente en parte de los profesores indignados, y tantos otros sectores de la clase trabajadora.
Combates y debates que están abiertos, y que quienes impulsamos la legalización del PTR como herramienta al servicio de candidaturas independientes de los trabajadores, queremos llevar adelante hasta conquistar nuevamente la única salida realista y de fondo: que gobiernen los trabajadores. |