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El encierro de los trabajadores de Delphi en Cádiz ha durado 1.074 días, estaban en lucha desde 2007, momento en que la empresa inició el cierre de la planta. Continúan sin empleo y la empresa aún no ha reabierto, por ello han decido cambiar de táctica dejando el encierro para forzar a las autoridades (empresarios, parlamentarios y diversos cargos menores) a que lleven a cabo alguna de las 123 propuestas que han elaborado para terminar con el desempleo en Cádiz (ésta es una de las provincias más castigadas por el desempleo en el Estado Español con un 31,24% de paro en octubre de 2016).
Los trabajadores se han visto abandonados por las diversas fuerzas políticas con mayor peso en Andalucía, sin embargo, ellos siguen en pie de guerra.
Delphi, un “conflicto histórico” de la clase obrera en el Estado Español
El día 28 de febrero de 2007 más de 10.000 personas se manifestaron en Puerto Real (Cádiz), querían mostrar su apoyo incondicional a la lucha de sus allegados y vecinos. Hacía seis días que la dirección de Delphi Automotive Systems España había comunicado al comité de empresa que cerraba la planta que tenía en la localidad y despedía a los 1.904 empleados.
Mientras los latifundistas y empresarios patriotas celebraban el día de Andalucía, las masas movilizadas de Puerto Real no esperaron para mostrar su repulsa hacia las actuaciones de la empresa y su solidaridad con los trabajadores de Delphi. Dando el pistoletazo de salida al movimiento “Delphi no se cierra”, que llegó a movilizar más de 50.000 personas.
En los años de movilizaciones que median hasta 2016, llevaron a cabo manifestaciones, piquetes, ocupaciones, recogidas de alimentos, organización de cajas de resistencia… Convirtieron en un arte el exigir en mítines públicos a los miembros del PSOE e IU el cumplimiento de sus promesas. Este hábito convirtió a los exDelphis en el “terror” de los mítines de las autoridades en Cádiz, pues en más de una ocasión se vieron obligados a suspenderlos como les ocurrió a Antonio Mailla y José Couso, miembros de IU en Abril de 2014.
Durante una de esas protestas, 400 trabajadores de Delphi se encerraron en las zonas comunes de la sede de los sindicatos en Cádiz, encierro que mantuvieron hasta el pasado 29 de diciembre (únicamente CGT proporcionó llaves del edificio a sus afiliados). Los trabajadores emplearon la ocupación del edificio como una medida de presión hacia la burocracia sindical de CCOO y UGT.
Los propios trabajadores decían haber “socializado” el edificio de los sindicatos. Incluso realizaron proyecciones de documentales sobre el conflicto como el de “La Bahía en pie” en diciembre de 2015. Una labor fundamental para dar visibilidad a los conflictos obreros, que la burocracia sindical con todos sus medios casi nunca lleva a cabo. Dentro de su estrategia de establecer “cordones sanitarios” alrededor de las luchas para evitar que se extiendan y aporten la “yesca” que “encienda” la huelga general.
Durante la lucha murieron varios compañeros de Delphi, de hecho, en el acto de clausura del encierro, el portavoz de los trabajadores Sebastián Martínez clamaba ante periodistas y sindicalistas de UGT, USO y CGT: "Esta misma semana han muerto dos compañeros y hemos visto quedarse en el camino a muchos, y habría que investigar el por qué".
Asimismo, Juan José Cumplido, extrabajador de Delphi y miembro de CGT afirmaba: “Qué demonios hemos respirado en esa fábrica. En el acto, hemos recordado a los dos últimos, pero en estos casi 10 años han fallecido más de 100 compañeros, todos con cáncer y con una media de 50 años”, relata Cumplido.
El pasado noviembre de 2016, la fábrica de Delphi en Sant Cugat del Vallés (Catalunya) realizó un ERE de extinción de 540 trabajadores. Durante este proceso, casualmente, la empresa cometió errores con la documentación que garantizaba la disponibilidad de avales para descontaminar el solar de la planta.
Los trabajadores de Delphi se enfrentaron a las más altas autoridades de la Comunidad, denunciando a los ex presidentes de la Junta de Andalucía: Manuel Chaves y José Antonio Griñán y a los exconsejeros Antonio Fernández y Manuel Recio (los responsables del área de Empleo durante 2007-2012) por la simulación de contratos laborales cuando los trabajadores recibían formación. Siendo sus denuncias admitidas a trámite por el Juzgado de Instrucción nº 20 de Sevilla.
El TSJA entendió que sus protocolos fueron "el instrumento o disfraz para dar cobertura a una serie de actuaciones de fomento y canalizar ayudas directas, huyendo así de las normas que regulan el procedimiento de subvención pública". No obstante, dictó un fallo desestimatorio ante parte de las denuncias de los trabajadores de Delphi. Aún están en trámite.
El “caballo de Troya” del gobierno andaluz en la lucha de Delphi
En la víspera de las Elecciones Autonómicas de 2007, Manuel Chaves entonces presidente de la Junta dijo a los trabajadores de Delphi: “No os dejaremos tirados”, como recuerda Juan José Cumplido.
Se firmó un acuerdo según el cual la Consejería de Empleo se haría cargo de los sueldos de cada trabajador despedido, mientras recibían formación. Tras las miles de horas de formación sólo un 30% de los trabajadores habían encontrado otro empleo, prejubilado o habían sido compensados por los daños a su salud (según los datos de la Consejería de trabajo denunciada por los trabajadores).
De hecho, según el colectivo, 236 trabajadores nunca llegaron a tener oportunidad laboral alguna. En 2012 la Junta, sin mediar consulta alguna con los trabajadores, decidió suspender el plan especial. Justamente, en el momento en que salían a la luz las investigaciones sobre las irregularidades en los cursos de formación impartidos por la Junta de Andalucía, de los que se beneficiaron patrones y miembros de la burocracia sindical. En el ínterin los medios de comunicación burgueses recurrieron a la criminalización típica tildando a los trabajadores de privilegiados.
Según Cumplido: “La Junta (…) vino a ofrecernos un acuerdo por el cual aceptábamos 45 días de indemnización en lugar de 90, como se ha ofrecido en otros cierres de factorías Delphi. A cambio, ellos garantizaban un empleo. Recibimos la mitad y no cumplieron su promesa”. La Junta no volvió a sentarse a la mesa de negociación con los trabajadores y los tribunales andaluces vinieron a respaldarla con sus sentencias afirmando que no estaba obligada a cumplir lo pactado con los trabajadores.
Para más castigos, a los extrabajadores de la planta se les han presentado citaciones judiciales para 2017 y 2018: “Nos piden que devolvamos el dinero que cobramos entre 2009 y 2012 durante los cursos. Eso supone, de media, unos 25.000 euros”, relata Cumplido. De esta manera se está poniendo en una situación desesperada a estos trabajadores, especialmente agravada la situación en los mayores de 50 años.
Ahora, los ex trabajadores de Delphi siguen movilizándose, poniendo en jaque los mítines políticos celebrados en Cádiz. Desde hace un año integran la Mesa de Empleo de Cádiz, donde han redactado 123 propuestas para terminar con el paro en la zona.
El próximo día 24 de enero van a presentarlas y defenderlas ante las autoridades a nivel local, nacional y europeo. “Ya no somos ex Delphis, somos simplemente desempleados como tantos otros y exigimos empleo para Cádiz. No podemos seguir con un 40% de paro, necesitamos compromisos con la provincia y haremos lo que sea para conseguirlo”, declara Cumplido.
De esta forma los exDelphis que siguen luchando se han convertido en los abanderados de los desempleados en Cádiz. |