Luego de la muerte de Teori Zavascki, ministro del Supremo Tribunal Federal e informante de la Operación Lava Jato, según el reglamento interno de dicho tribunal, su sustituto deberia ser designado por el presidente de la República y ratificado por el Senado. Es decir, el trágico accidente de Teori daria mayor poder a Temer y a los senadores para decidir, entre otros temas, sobre los rumbos de la investigación Lava Jato.
Diversos periodistas vienen especulando sobre quién será la figura con el cargo de sustituto del fallecido ministro. Entre las opciones y figuras que se barajan aparece Ives Gandra Martins Filho, actual presidente del Tribunal Superior de Trabajo (TST) y conocido por su posición favorable a atacar los derechos laborales a la medida de las patronales y de su apoyo a la flexibilización de los convenios y leyes laborales.
Según Ives Gandra Martins Filho, el año 2016 fue de “crecimiento y aprendizaje en todos los sentidos”, exaltando al gobierno de Temer a pesa de haber sido en realidad un año de profundización de la crisis económica, de ataques a los derechos sociales, de aprobación de leyes como la que congela por 20 años los gastos sociales (PEC 55).
Por otro lado, existe una preocupación por parte del ala más conservadora del Senado, aliada a Temer, a respecto de la elección del nuevo ministro en relación a las demandas democráticas y los derechos sociales, como la legalización del aborto y las drogas. Los senadores plantean que ya existen miembros “progresistas” en el Supremo Tribunal Federal y la tendencia ahora sería a que el nuevo candidato sea elegido por ellos. Ives es representante del ala más conservadora de la Iglesia Católica y tiene adeptos entre los sectores evangélicos, es un perfecto candidato para actuar contra las mujeres, los negros, pobres y el movimiento LGBTs a favor del lucrativo aparato de prohibición, represión y criminalización de la pobreza.
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Por ser un nombre que no está directamente ligado al gobierno del PMDB, al que pertenece el presidente Temer, el nuevo ministro aparentaría mayor imparcialidad durante los procesos de investigación, según los propios aliados del gobierno de Temer. Sigue siendo un privilegio la obligatoriedad de que los cargos judiciales sean designados por el mismo sistema político y judicial y no se someta a elecciones directas con mandatos revocables, como debería ser incluso para todos los cargos políticos. Estos jueces y políticos son parte de la casta que vive a costa de los trabajadores y el pueblo pobre, con ingresos millonarios en plena crisis económica. Y es así porque representan y defienden los intereses privados de las grandes corporaciones del país. |
