De los incendios más grandes en la historia del país. 120.000 hectáreas quemadas. Según la CONAF (Corporación Nacional Forestal) son 26 incendios activos, 33 siniestros controlados y 16 alertas rojas en el país. Esta vez, en la Región de O´Higgins, con el gobierno decretando zona de catástrofe en las provincias de Colchagua y Cardenal Caro, en la Región de O’Higgins, y para las comunas de Vichuquén y Cauquenes, en la Región del Maule.
Sin embargo, una fuerte denuncia se ha hecho al Estado y la falta de cualquier acción y medida real para enfrentar estos incendios históricos y ayudar al pueblo trabajador. Como denunció un bombero de la Región de O´higgins, por redes sociales:
"Los Bomberos se han sacado la cresta, no puedo tener voluntarios trabajando mas de 24 horas, no doy abasto. Estamos en una guerra. Esto es un desastre. Nunca habia visto esto.
En Pumanque ya se ha quemado el 80% de las tierras, que más estamos esperando?, más bomberos y brigadistas muertos? más campos y casas arrasadas?.
Donde esta el estado, la voluntad y la actitud de emergencia?
Esto no es una película? Como podemos ser tan light? Mientras, nuestra televisión pasa de esta tragedia al horóscopo..."
Los recursos invertidos por el gobierno no permiten una acción de envergadura para apagar los incendios y ayudar ante cualquier condición a los trabajadores y el pueblo que son los más golpeados. Aún siendo en gran parte prevenidos de estos sucesos. Sólo protegen los intereses económicos de las empresas.
Para este régimen y sus representantes no hay recursos suficientes para miles de rescatistas con buenos equipos y maquinarias, para más helicópteros de agua, para una movilización importante de mujeres y hombres. No se establecen impuestos especiales y medidas a las grandes empresas, muchas de ellas responsables de estos incendios. Cuando hay muertos, son trabajadores brigadistas. El discurso de "acción" para estas catástrofes dura hasta que termina la noticia y luego el pueblo trabajador afectado se queda con promesas.
Debe establecerse y fortalecerse la más amplia solidaridad del pueblo trabajador y sus organizaciones, de jóvenes, sociales, pues la ayuda y solución no vendrá de quienes rigen el destino del país. La más amplia red de solidaridad con voluntarios así como acopios.
De fondo, hay que trabajar sobre una política para prevenir o apagar esto desastres con planes de emergencia ante catástrofes discutidas por sindicatos, juntas de vecinos, organizaciones sociales, de forma independiente al gobierno y empresas. Pues no han resuelto por décadas y no lo harán ahora.
Esto es producto no de tal o cual accidente, sino de un deterioro sistemático de las condiciones del ecosistema y de vida producidas por un sistema cada vez más destructivo en las condiciones sociales, de vida y ecológicas de los trabajadores y el pueblo, por parte de los dueños de las grandes empresas y de sus sucesivos gobiernos, del duopolio de Chile Vamos y la Nueva Mayoría. | 
