El Tesoro registró en 2016 un déficit financiero de 365.188 millones de pesos -unos 22.812 millones de dólares-, lo que representa un desequilibrio del 4,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), según informó ayer el Ministerio de Hacienda.
Este resultado de 2016, muestra un crecimiento del déficit financiero del 61,8 por ciento respecto del desequilibrio registrado en 2015 y se alcanzó a partir de un ingreso extraordinario superior a los 120 mil millones de pesos proveniente del blanqueo de capitales.
"El Sector Público Nacional registró en el ejercicio fiscal de 2016 un resultado primario sin rentas financieras de -$359.382 millones, cifra que representa un estimado de 4,6 por ciento del PIB", indicó el Ministerio de Hacienda en un comunicado de prensa.
Este valor representa una suba de 35 por ciento con respecto al resultado de 2015.
La primera cifra estimada ascendía a 378 mil millones de pesos, por lo que el Gobierno logró un margen a favor de unos 19 mil millones.
Este resultado fue posible a partir de que durante los últimos dos meses del año, y en especial en diciembre, la recaudación impositiva se vio impulsada por el pago de las penalidades correspondientes a la adhesión al sinceramiento fiscal.
De esta forma, el fisco recolectó unos 120 mil millones de pesos adicionales que favorecieron este resultado.
Para 2017, la meta oficial es alcanzar un déficit de 4,2 por ciento del PBI, objetivo para el cual el ministro Dujovne ya no contará con el mismo volumen de aportes extras, aunque hasta marzo podrán seguir ingresando pagos de la última parte del programa de sinceramiento fiscal.
De acuerdo a la información oficial, durante 2016 los ingresos primarios subieron 35,3 por ciento, mientras que el gasto primario creció 38,2 por ciento. Hacienda aclaró que ajustado por inflación, los ingresos cayeron 1,6 por ciento y el gasto se mantuvo, mientras que en términos del PIB, se ubicaron en 20,4% y 25%, respectivamente.
El ministerio subrayó que este resultado se logró al mismo tiempo que "se redujo la presión tributaria por casi 2% del PIB, excluyendo los ingresos extraordinarios del blanqueo". Esto se debe sobre todo a la generosa reducción de los derechos de exportación, que tuvo como beneficiario central a las patronales agrarias. Mientras tanto, la presión fiscal sobre los asalariados casi no varió (con los parches a Ganancias de cuarta categoría realizados en marzo pasaron a pagar más de los que lo hacían antes). Recién a partir de 2017 rigen los nuevos topes y escalas de Ganancias que afectan a los salarios, que repercutirán de todos modos sobre un sector minoritario de la clase trabajadora. |