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La Izquierda Diario
25 de enero de 2017 Twitter Faceboock

Darío “Iki” Julián: crónica de un luchador
Oscar Zunzunegui

Con la muerte de Iki se pierde un luchador. Militante del Movimiento Popular La Dignidad y con una voluntad férrea, resistió y peleó hasta el último día.

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Iki vino de Salta de muy pequeño. Vivía con su familia, de condición humilde, en el Barrio Vicente López, en la localidad de Villa Celina. Nos conocimos a finales del 2000, mientras él realizaba una pintada. Estrechamos lazos inmediatamente y me abrió las puertas de su casa. Durante las noches, entre mate y mate, nos reuníamos a discutir sobre marxismo y sobre cuáles eran las tareas que había que llevar adelante para organizar el movimiento Obrero y Popular. Intercambiábamos periódicos y libros. Recuerdo que me prestó la película Germinal de Claude Berri, que relataba la historia de una huelga de mineros en el norte de Francia, a finales del siglo XIX. Iki y su compañera, “la China”, siempre eran muy cordiales y amigables. Una característica que sobresalía en su personalidad. Solía decirme que, a pesar de nuestras diferencias, teníamos en común que ambos éramos compañeros y revolucionarios.

Vivía en una piecita donde varios pibes se reunían para leer textos y estudiar. En ese momento, él estaba trabajando en un hospital haciendo tareas de mantenimiento y militaba en HIJOS (sin puntos, un sector que tenía diferencias dentro de la Agrupación H.I.J.O.S.)

El 20 de diciembre del 2001 durante las jornadas revolucionarias que derrocaron el gobierno de Fernando De la Rúa, Iki recibió un balazo de plomo en las cercanías del Congreso. La bala lo atravesó de lado a lado sin provocarle heridas graves. Semanas después, nos encontramos y me contó cómo sus compañeros lo habían salvado de que la policía lo llevara detenido. Por esos días, los trabajadores de la textil Brukman, ocupaban la fábrica para evitar el cierre de la misma. Nos veíamos ahí y charlábamos junto a la Negra de Brukman que estaba apoyando la toma y vivía en nuestro barrio. Eran momentos de tomas de terrenos fiscales aledaños al Mercado Central. Allí se convocaba a asambleas barriales, una constante durante toda esa época posterior a la caída del gobierno de De la Rúa. Período en el cual la crisis económica golpeaba los barrios más humildes del Conurbano.

El 26 de junio del 2002 recibió otro balazo en el Puente Pueyrredon mientras resistía la embestida de las fuerzas represivas ya que integraba el cordón de seguridad de los movimientos piqueteros. Esa represión terminó con encarcelados y heridos por doquier. En esa misma jornada de lucha fueron asesinados Maximiliano Kosteki y Darío Santillán y pasó a la historia como la masacre de Puente Pueyrredon. Meses después, comenzó la lucha de los tercerizados de la empresa Técnica Industrial contra los despidos y por el pase a planta permanente. Luego de meses de lucha, el 26 de junio de 2003 al cumplirse un año de la masacre de Puente Pueyrredón, coronan un triunfo histórico. Ese día los tercerizados cortaron las vías contando con el apoyo de distintas organizaciones entre las cuales estaban presentes los Compañeros de Brukman y desocupados de distintos movimientos. Nos encontramos y conversamos sobre la necesidad de soldar la alianza entre ocupados y desocupados. Pasaron los años y cada vez que me encontraba con él confirmaba lo que ya sabíamos todos los que lo conocíamos: siempre con la misma empatía, moral y voluntad inquebrantable.

El 12 de febrero de 2016, durante una asamblea y festival de vecinos en el marco del conflicto unas tierras en el barrio Vicente López y Planes de Villa Celina, un puntero del PRO le disparó un tiro en el pecho y, aunque no le provocó la muerte, lo dejó en un delicado estado de salud. Como consecuencia de este ataque, murió el pasado sábado 21 de enero. Según los vecinos, aceleraron las obras para evitar la toma de tierras, tapando desagües que provocan inundaciones en el barrio. Esas tierras pertenecen al Instituto de Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires (IVC) y fueron vendidas a una Sociedad de Fomento y a una cooperativa para construir viviendas. El sicario que abrió fuego está relacionado con este negocio.

Compañero: tu partida no puede quedar impune. Nos causa odio de clase y un tremendo dolor. No fue un ataque al azar. Fue calculado desde el Estado, sus punteros políticos y la Bonaerense que dejó la zona liberada. Como a Mariano Ferreyra, a César Méndez, a Darío y a Maxi, como a Carlos Fuentealba. Fue un ataque perpetrado contra todos los que queremos cambiar desde sus cimientos este sistema de explotación.

Aunque ya no estés, siempre estarás en la memoria de todos los que te conocimos y en cada batalla que damos día a día. Mis condolencias a su familia, amigos y compañeros de militancia del Movimiento Popular La Dignidad (MPLD).

¡Hasta el socialismo siempre, compañero Iki !
¡Iki presente! ¡Ahora y siempre!

 
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