Fotografía: josenizzo.info
Después de casi siete años de división, las dos fracciones más importantes de la CTA definieron avanzar concretamente en la reunificación.
En su momento, la CGT se tomó poco más de tres meses para avanzar en su unidad. Los dirigentes de la CTA demorarán, según su propio anuncio, más de un año. Afirmaron que la reunificación será en 2018. No se especifica cuando, en que mes.
Así lo confirmó Hugo Yasky en una entrevista con Télam, al admitir que ambas centrales iniciaron hace ya tiempo “el diálogo de reunificación”. El referente kirchnerista reconoció que en los últimos tiempos “esa instancia se profundizó” como consecuencia del “ajuste oficial” y “la necesidad de ganar y retomar el protagonismo en la calle”.
Yasky también adelantó que las dos centrales deliberarán “por separado” el 8 de febrero y, al día siguiente, convergerán en “un gran plenario nacional conjunto”.
Ese fue el camino elegido por ambos dirigentes para comenzar a desandar la historia de divisiones. En octubre de 2014, cuatro años después de que se produjera la separación de hecho, el Ministerio de Trabajo terminó al fin de concederles “el divorcio” a las dos ramas en las que estaba dividida la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
Esa división era claramente política. En el caso de Yasky, alineado y bajo las banderas del kirchnerismo. Mientras, Micheli era parte del sector opositor al Gobierno y fue parte del llamado a los paros nacionales junto a Hugo Moyano y parte de la conducción de la CGT.
Luego del cambio de Gobierno, ya con Macri como presidente, decidieron empezar a transitar el camino por la unificación.
El proceso de unificación contemplará el próximo 9 de febrero la elección de “una comisión provisoria” con dirigentes de ambos sectores, pero también incluyendo a los sindicatos que abandonaron al michelismo y responden al visitador médico (AAPM) Ricardo Peidro.
En las palabras de Yasky no faltaron las críticas hacia la CGT. El docente rechazó “su inacción” y auguró que en el corto plazo "se producirá una divisoria de aguas en el movimiento obrero con un reagrupamiento de las organizaciones, traspasando las fronteras gremiales para aplicar un plan de acción que resista el intento de llevar el país a una situación pre-sindical".
Las críticas a la “inacción” podrían aplicarse a la propia CTA. Hasta el momento, a dos semanas del inicio de la dura lucha de AGR-Clarín, la central que dirige Yasky y los gremios alineados con el kirchnerismo solo se movilizaron una vez. Recién el viernes próximo volverán a la calle.
Si la CTA “reunificada” toma ese camino se parecerá como dos gotas de agua a la CGT también unificada. |