Lijo dio vía libre a que se reabra la investigación y se avance con las supuestas pruebas aportadas en la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman. La causa del fiscal que fue hallado muerto en las Torres Le Parc de Puerto Madero, señalaba a Cristina Kirchner y a Héctor Timerman por el encubrimiento de los iraníes acusados del atentado a la AMIA, a raíz de la firma del fallido Memorándum de Entendimiento en 2013.
En aquel entonces y en medio de la crisis abierta por la sospechosa muerte del funcionario judicial, el juez federal Daniel Rafecas había desestimado la denuncia por "inexistencia de delito" y la archivó.
El magistrado delegó la investigación en el fiscal federal Gerardo Pollicita, quien tendrá que llevar adelante 49 medidas de prueba pedidas por él hace dos años y que nunca se instrumentaron.
La existencia de una causa similar, en estado más avanzado, que está a cargo del magistrado Claudio Bonadio, expuso a Lijo frente a su colega, quien reclama para sí la dirección de la causa.
Por su parte Pollicita hizo un pedido de pruebas que incluyen allanamientos, citación de testigos, cruces de llamados entre los denunciados y otras medidas para intentar corroborar si hubo, por ejemplo, visitas de algunos de ellos a la Casa Rosada en las fechas señaladas por Nisman. En el nuevo escenario, Pollicita tendrá que analizar cuáles de estas medidas pueden ser llevadas a cabo a dos años de la denuncia y si se justifica avanzar con algunos allanamientos ante el tiempo transcurrido, explicaron fuentes judiciales.
Lijo, Pollicita y Bonadio son figuras reconocidas del "partido judicial". Los miembros de la corporación oligárquica que forma parte de la administración de la Justicia fueron uno de los peores enemigos del kirchnerismo en su último período. Luego de un largo idilio entre la corporación que sobrevive desde las servilletas de Carlos Corach y hasta de los años del Proceso y el autoproclamado "proyecto nacional y popular", el "partido judicial" se pasó a la oposición. Por entonces comenzó a acosar al oficialismo, por las obscenas muestras de corrupción de la camarilla kirchnerista y endilgándole otros supuestos delitos de Estado como el que configuraría, según la denuncia Nisman reactivada, la firma del Memorándum con Irán.
Recordemos que el kirchnerismo había dado vía libre a los argumentos de la CIA y la Mossad contra Irán, pero cuando la Casa Blanca buscó limar asperezas con Teheran, CFK giró y bajó el pulgar a la causa armada por Nisman y Stiuso. La reapertura de la causa planteada por Nisman vuelve a poner la investigación en línea con los intereses de la Mossad y CIA. |