Michel Temer confirmó este lunes la indicación del nuevo juez de la Corte Suprema. Se espera que Alexandre de Moraes (PSDB), actual ministro de Justicia, asuma el puesto de Teori Zavascki, muerto en un accidente aéreo que según una encuesta es considerado sospechoso por la mayoría de la población.
El inminente nombramiento ya ha sido anunciado por la gran prensa. El “tucano” Moraes ya actuó como abogado de una cooperativa acusada de lavado de dinero para el Primer Comando Capital (PCC), importante facción del crimen organizado que actúa dentro de las cárceles. Además, actuó como represor de todos los movimientos de lucha de la juventud, de las manifestaciones de junio de 2013 y de los estudiantes secundarios que ocuparon escuelas contra el cierre impulsado por el también “tucano” gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin.
El papel de Moraes en la justicia de San Pablo siempre fue la de ayudar a archivar todo tipo de investigación contra los tucanos de ese estado. El año pasado mostró que tiene acceso a información de la operación judicial Lava Jato, que investiga los entramados de corrupción en Petrobras, y señaló blancos de actuaciones judiciales antes que éstas ocurriesen.
De ser confirmado por el Senado con la amplia mayoría que apoya a Temer, su nombramiento significará un expresivo fortalecimiento de los jueces de la Corte Suprema que actúan en favor de la impunidad del excandidato presidencial Aécio Neves, del gobernador de San Pablo Geraldo Alckmin y del ministro de Relaciones Exteriores, José Serra, y por qué no de políticos de otros partidos como el ex presidente del Senado Renan Calheiros (PMDB), quien fuera siempre asesorado por Gimar Mendes, otro ministro de clara relación con el tucanato.
Moraes era cotizado tanto para este cargo como para ser el candidato a sucesor de Alckmin como gobernador. Como ministro de la Corte, además de actuar junto con Gilmar Mendes por la impunidad, significará el avance de posiciones reaccionarias relacionadas con los derechos laborales, las luchas de la juventud y la continuidad de una política de represión a los negros y pobres presos, acusados de portación de drogas y que en la mayoría de las veces ni siquiera son juzgados.
El nombramiento de Moraes muestra la faceta más podrida de las relaciones políticas entre los poderes del país. Del mismo modo en que Moraes muestra sus credenciales represivas y "tucanas", otros jueces exhiben sus decisiones arbitrarias, según el juego político y los blancos de los juicios. No confiamos en que será de por manos de la Corte Suprema que se combatirá la corrupción, y por eso luchamos para que todos los casos de corrupción sean juzgados por jurado popular. |