En esta 31ª edición de los premios de la Academia del cine español, los Goya arrancaron el pasado 4 de febrero con un 23,1% de audiencia televisiva, 4 puntos por debajo de la pasada edición en una gala en la que se cumplieron buena parte de los pronósticos: la taquilla marcaría los premios y la presentación de la gala alternaría breves momentos de tímida crítica social con un largo silencio político, que algunos premiados romperían.
Este esquema no es inusual en la historia de una gala que tradicionalmente hace contrastar el forzado tono acrítico del guión de la ceremonia con las frecuentes denuncias políticas que se presentan desde los micrófonos y las puertas del Hotel Auditorium.
Estos últimos años se manifestaron los trabajadores en lucha de Coca-Cola, Madrid Río o la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C, así como premiados han protestado en sus discursos contra los recortes en sanidad, cultura, contra el Canon Digital que dificulta trabajar a los nuevos directores o el IVA cultural del 21% (el tercero mayor de Europa) o, en el caso de la gala de 2003 cerrando filas en torno al NO a la Guerra de Irak.
Esta gala, pese a sufrir censura de forma menos evidente que otras ediciones, es considerada una de las menos reivindicativas de los últimos años, debido al tibio tono de la presentación y al conservadurismo imperante en las nominaciones, que excluyeron de las nominaciones a los 29 galardones a los filmes con algún tipo de carga crítica social, con la excepción de la Mejor Película Documental, Frágil equilibrio, de Guillermo García Pérez y Cerca de mi casa, de Eduard Cortés, que recibió al Goya a la Mejor Canción Original por “Ai ai ai”, interpretada por la cantante Silvia Pérez Cruz.
Este podría calificarse como el momento más compartido en redes sociales de la gala, o al menos el más disruptivo con el guión, ya que al recoger el premio por la banda sonora de esta película que tratalos desahucios con motivo de la crisis económica, entonaría a capella el siguiente fragmento de la canción:
Mentiras, Sonrisas y amapolas
Discursos, periódicos, banqueros y trileros.
Canciones, monos y pistolas,
Bolsos, confetis, cruceros y puteros.
Te roban y te gritan
Y lo que no tienes también te lo quitan.
No hay tanto pan, pan, pan
No hay tanto pan, pan, pan
Es indecente y es indecente,
Gente sin casa y casa sin gente
El otro discurso de la gala que imprimió cierto tono reivindicativo a la ceremonia fue el de la actriz, directora y cantante Ana Belén, que recibiría el Goya de Honor por sus 50 años de trayectoria profesional, en el que denunciaba las desigualdades de género en la profesión, al decir que "a veces pienso que si no hiciesen falta mujeres para interpretar a mujeres, ni siquiera estaríamos las que estamos".
Y es que sólo 23 de las 120 películas nominadas a Mejor Película desde la primera ceremonia de los Goya contaron con al menos una mujer en su equipo de dirección o guión y sólo 6 directoras en 31 ediciones han ganado el Goya a mejor dirección, menos del 20% en ambos casos. Las cifras se hacen aún más escandalosas si pensamos en la casi total ausencia de diversidad racial en estos premios y en el cine español.
Estas cifras contrastan con la última idea de la Academia, iniciar la presentación con el actor y comediante Dani Rovira como presentador subido en unos tacones altos afirmando hacerlo para “ponerse en el lugar de la mujer” y reivindicar la paridad de género en los puestos de poder, algo que fue muy criticado en las redes sociales al considerar que identificar a la mujer con unos tacones o elegir a un hombre para pedir mayor representación femenina, no suponía un acierto en la gala.
Otro aspecto comentado es ya un clásico de las últimas ediciones de los Goya, la precariedad laboral que sufren los actores, cuya realidad es radicalmente distinta de la imagen de millonarias estrellas del espectáculo para la mayoría. Sólo un 8% de los actores llega a ingresar 1.000€ mensuales y sólo un 43% trabajó en algún momento de este año.
Finalmente las grandes galardonadas de la gala fueron la película española más taquillera, Un monstruo viene a verme, de J.A. Bayona, con 9 Goyas, incluyendo el de Mejor Dirección, Mejor Fotografía y Mejor Sonido y Tarde para la ira, de Raúl Arévalo, que obtuvo 4 Goyas, incluido el de Mejor Película y Mejor Guión , así como los 2 Goyas que recibió la actriz Emma Suárez por Mejor Actriz y Mejor Actriz de Reparto.
Estos son todos los premios de esta edición:
Goya de Honor
Ana Belén
Mejor Película
Tarde para la ira
Mejor Dirección
Juan Antonio Bayona, por Un monstruo viene a verme
Mejor Dirección Novel
Raúl Arévalo, por Tarde para la Ira
Mejor Guion Original
David Pulido y Raúl Arévalo, por Tarde para la ira
Mejor Actor Protagonista
Roberto Álamo, Que Dios nos perdone
Mejor Actriz Protagonista
Emma Suárez, Julieta
Mejor Actor de Reparto
Manolo Solo, Tarde para la ira
Mejor Guion Adaptado
Alberto Rodríguez y Rafael Cobos, por El hombre de las mil caras
Mejor Actriz de Reparto
Emma Suárez, por La próxima piel
Mejor Actor Revelación
Carlos Santos, por El hombre de las mil caras
Mejor Actriz Revelación
Ánna Castillo, por El olivo
Mejor Música Original
Fernando Velázquez, por Un monstruo viene a verme
Mejor Canción Original
Ai, ai, ai de Silvia Pérez Cruz, por Cerca de tu casa
Mejor Dirección de Fotografía
Óscar Faura, por Un Monstruo viene a verme
Mejor Montaje
Bernat Vilaplana y Jaume Martí, por Un monstruo viene a verme
Mejor Dirección De Producción
Sandra Hermida Muñiz, por Un monstruo viene a verme
Mejor Dirección Artística
Eugenio Caballero, por Un monstruo viene a verme
Mejor Diseño de Vestuario
Paola Torres, por 1898. Los últimos de Filipinas
Mejor Maquillaje y Peluquería
David Martí y Marese Langan, por Un monstruo viene a verme
Mejor Sonido
Oriol Tarrago y Peter Glossop, por Un monstruo viene a verme
Mejores Efectos Especiales
Pau Costa y Félix Bergés, por Un monstruo viene a verme.
Mejor Película Documental
Frágil equilibrio, de Guillermo García López
Mejor Película Iberoamericana
El ciudadano ilustre, de Gastón Duprat y Mariano Cohn
Mejor Película Europea
Elle, de Paul Verhoeven
Mejor Película De Animación
Psiconautas, los niños olvidados
Mejor Cortometraje De Ficción Español
Timecode, de Juanjo Giménez Peña
Mejor Cortometraje De Animación Español
Decorado, de Alberto Vázquez
Mejor Cortometraje Documental Español
Cabezas Habladoras, de Juan Vicente Córdoba |