Ante la reciente publicación de la Constitución de la Ciudad de México, la Iglesia católica declaró a través de su semanario ‘Desde la Fe’ que: “ha nacido una constitución asesina que no reconoce lo más valioso para cualquier ser humano aún desde el vientre materno, la dignidad de la vida”.
Además, la Arquidiócesis asegura que la figura de la eutanasia (o muerte asistida) es inmoral y el aborto es un negocio lucrativo y abominable, “incluso peor que el del narcotráfico” ya que, dice, son las farmacéuticas y laboratorios quienes absorben millonarias ganancias y enriquecen más y más a unos pocos.
La institución que más ideología realiza, en un país profundamente católico como México, afirma que: “este documento ahora confirma la ideologización que será ley vigente, un documento supuestamente fundamental fue secuestrado por las izquierdas intolerantes, asesinas y absurdas por reconocer derechos en donde no se deberían (el derecho a la mujer a decidir sobre su cuerpo) y no reconocer aquellos que deberían estar en la norma (‘protección’ de la vida desde la concepción).”
Lo que no dice la Iglesia Católica…
La Iglesia afirma que busca proteger la vida y la dignidad de la vida, pero lo que no dice es que al año mueren alrededor de 47, 000 mujeres, producto de abortos clandestinos, ya que, ilegalizar el aborto no frena su práctica. Al igual que las personas en estado terminal que buscan llevar a cabo una muerte asistida, las mujeres tienen derecho a decidir sobre sus cuerpos, si desean -o no- ser madres; mientras no se erradique la desigualdad y violencia en la que vivimos las mujeres, y se garantice educación sexual y anticonceptivos gratuitos y de calidad, es necesario al aborto libre, seguro y gratuito para no morir.
Mientras asegura que el aborto es incluso peor que el narcotráfico, y genera ganancias millonarias para las farmacéuticas, lo que no dice es que el narcotráfico, la venta de armas y la trata de personas (en su mayoría mujeres y niños) son los tres negocios más rentables del mundo, negocios que explotan y asesinan a cientos de miles de personas al año. Ni hablar de las exorbitantes riquezas que posee la Iglesia católica en capital y oro sólido, que se aglutinan en el Vaticano.
Y, ¿cuándo hemos visto que la Iglesia mueva un solo dedo para frenar las miles de desapariciones de mujeres por las redes de trata y el narcotráfico?, ¿cuándo se ha pronunciado la iglesia católica contra los más de 2, 500 feminicidios al año?, ¿Cuándo se ha pronunciado por la aparición de las 43 normalistas y los cientos de desaparecidos y asesinados por el Estado? Esto sólo demuestra que la iglesia no está a favor de la vida.