Fotografía: urgente24
En el día de ayer, el fiscal de la ciudad de La Plata Marcelo Romero desestimó la denuncia penal presentada contra el jefe de la Policía de la provincia de Buenos Aires, Pablo Bressi, por encubrimiento de una banda dedicada al narcotráfico que operaba en territorio bonaerense. La denuncia había sido presentada por Marcelo Di Pasqua, ex superintendente de Seguridad de Mar del Plata, quien afirmó en su denuncia que el jefe policial le brindaba protección a un grupo de narcos de la localidad de Esteban Echeverría. Al explicar el motivo del rechazo a la denuncia, Romero argumentó que la denuncia de Di Pasqua se trataba de una “una vendetta personal”.
En la presentación de Di Pasqua contra Bressi ante la Fiscalía General figuran las siguientes denuncias: “delitos de encubrimiento, omisión funcional de perseguir una organización delictiva vinculada con el narcotráfico, incumplimiento a los deberes del funcionario público” y “abuso de autoridad”. Según el ex policía marplatense, Bressi intervino “directamente y a través de funcionarios subordinados en acciones directas encaminadas a desviar, encubrir y entorpecer investigaciones que estaban relacionadas con el narcotráfico”.
Pero Bressi no es la primera vez que recibe una denuncia en su contra y, por otro lado, Di Pasqua fue separado de su cargo en marzo del año pasado por la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, acusado del mismo delito. Lo que evidencia no sólo la interna abierta dentro de la fuerza policial más grande del país, sino también la connivencia que existe entre esa fuerza y el resto de las fuerzas de seguridad, y las bandas narcos.
Bressi y su prontuario
El comisario general Pablo Bressi fue designado por Vidal en diciembre del 2015, en reemplazo de Hugo Matzkin, para formalmente “sanear” a la Policía Bonaerense. Una tarea imposible de cumplir, teniendo en cuenta su prontuario y que, además, es un hombre de Jorge Matzkin que fue el garante del continuismo de toda la cúpula de la vieja Bonaerense que operaba bajo la gobernación de Daniel Scioli.
Formó parte del grupo Halcón y fue uno de los negociadores en la toma de rehenes de la sucursal de la localidad de Villa Ramallo del Banco Nación en 1999, conocida como la “masacre de Ramallo”, en la que fueron acribillados y muertos dos de las personas que habían ingresado a robar al banco y uno de los rehenes, un día después uno de los ladrones apresados fue encontrado ahorcado en su celda. En ese momento surgieron rumores de la estrecha vinculación entre miembros de la fuerza policial y la banda que ingresó al banco que indicaban que el robo había sido planeado en común, pero al recibir la comisaría local un aviso las cosas se complicaron. Bressi fue señalado como la persona que dio la orden de disparar a mansalva al auto en el que huían los ladrones con los rehenes, utilizados como escudos humanos, para que nadie salga vivo.
El jefe policial, también señalado de mantener fuertes relaciones con la DEA (la agencia antidrogas estadounidense), fue denunciado por el padre de Patricia Nine, secuestrada y liberada por la policía en el 2004 luego de 25 días de cautiverio, por haberle cobrado un monto de dinero mensual por haber rescatado a su hija.
A pesar de haber sido apartado de su cargo luego de esto, su carrera policial prosiguió y al momento de su flamante designación estaba al frente de la Superintendencia de Investigaciones de Tráfico de Drogas, después de haber pasado por la DDI Tráfico de Drogas Ilícitas La Matanza y Quilmes.
En julio del año pasado, la diputada de la Coalición Cívica (y aliada del gobierno nacional) Elisa Carrió denunció a Bressi por ser “uno de los cómplices del narcotráfico” y de brindarle protección policial al líder de una banda de narcos llamado Miguel Angel “Mameluco” Villalba, detenido en el penal de Ezeiza. Carrió también lo denunció de ser el receptor final de los 36 sobres que contenían 153 mil pesos hallados en abril del año pasado en la Departamental de La Plata y que no eran más que coimas provenientes del narcotráfico para jefes policiales.
Por otro lado, el denunciante, Marcelo Di Pasqua, fue apartado de su cargo y pasado a disponibilidad por Vidal al poco tiempo de haber asumido la gobernación en diciembre del 2015 acusado de vinculaciones con el narcotráfico y de enriquecimiento ilícito. En declaraciones radiales la gobernadora afirmó que su administración presentó más de “30 denuncias penales por enriquecimiento ilícito”, contra ex policías entre los que se encuentra el ex policía de Mar del Plata. Se convirtió así en uno de los siete comisarios generales de la Policía Bonaerense pasados a retiro por la nueva de gestión de Cambiemos en el marco de su “reforma” policial.
Una interna que continuará
Si bien Vidal expresó que se abrirá una investigación sobre Bressi, lo cierto es que respaldó el accionar de su varias veces denunciado jefe policial, al mismo tiempo que cuestionó a Di Pasqua al afirmar que “llaman la atención varias cosas de esta denuncia”, ya que es un hecho del 2012, y si conocía los hechos desde ese año, entonces ¿por qué la hace ahora?”. Ni lerdo ni perezoso, Di Pasqua redobló su ataque y le pidió, via twitter, a Mirtha Legrand que lo invite a su programa para ejercer su “derecho a réplica”.
Lo más probable es que esta interna continúe y sume nuevos capítulos, en los que abunden los carpetazos y declaraciones explosivas entres distintos sectores de la policía. ¿Las razones? Sin duda, entre ellas debemos mencionar las enormes cantidades de dinero que recaudan los miembros, empezando por los altos mandos, de esta poderosa fuerza represiva compuesta por más de 90 mil uniformados armados que controlan la provincia más importante del país. |