El SENAME ha estado en la palestra no precisamente por su buen funcionamiento, al contrario, han salido a relucir hechos que revelan la precariedad de un deficiente sistema de protección entregado los niños y niñas más vulnerables que se acogen en sus casas a lo largo del país.
Alarmantes fueron las cifras, entregadas el año pasado, que evidenciaban que entre el 1 de enero del 2005 y el 30 de junio del 2016 habían fallecido 2010 niñas, niños y adolescentes en el sistema de protección residencial, donde tan solo sólo 131 decesos estaban asociados a enfermedades. La cifra crecía aún más, llegando a 406 decesos, cuando se contabilizaban las muertes ocurridas mientras eran atendidos por programas ambulatorios a cargo de organismos privados.
Sumado a esto, en diciembre del año pasado, cuando se hablaba de presuntos maltratos contra niñas, niños y adolescentes en un centro del SENAME de Pudahuel, se inició una investigación que reveló la existencia de al menos cuatro redes de explotación sexual de menores.
Un nuevo hecho posiciona al SENAME al centro de los comentarios, se trata de la fuga de 5 menores de entre 14 y 17 años del Centro de Reparación Especializada de Atención Directa (CREAD) ubicado en la comuna de Pudahuel. El hecho habría ocurrido aproximadamente a las 21:30 horas del día domingo 12 de enero, tras los desórdenes provocados por una riña que tuvo lugar en el recinto.
Al percatarse de lo ocurrido se inició una búsqueda infructuosa por parte de los encargados del centro, por lo que se decidió presentar a carabineros una denuncia por presunta desgracia, la cual fue acogida y se efectuó un encargo a nivel nacional para dar con el paradero de las menores.
A eso de las 13:00 horas del día lunes, luego de constatar lesiones según indicaciones del protocolo correspondiente para estos casos, las menores volvieron voluntariamente al reciento.
Desde el organismo calificaron el hecho como una "situación excepcional" lo cual dista bastante de la realidad, ya que, este tipo de situaciones no constituyen hechos aislados, sino que, se suman a una larga lista de situaciones que develan el mal funcionamiento, la precariedad y la falta de regulación de los recintos vinculados con el SENAME, y que muchas veces revisten una mayor gravedad, vulnerando sus derechos o gatillando consecuencias que llegan a ser fatales para las niñas, niños y adolescentes. | 
