Fotografía: Archivo.
A las 10, César Milani declaró ante el juez federal N° 2 de Tucumán, Fernando Poviña, por la desaparición del conscripto Alberto Ledo, ocurrida el 17 de junio de 1976. El ex jefe del Ejército llegó con dos horas de anticipación para evitar la protesta que se desarrolló frente a Tribunales, y se retiró después del mediodía bajo un operativo policial.
Según informó su abogado, Gustavo Feldman, Milani negó de plano las acusaciones por encubrimiento agravado y falsificación ideológica de instrumento público. Con argumentos salidos de la obediencia debía, el defensor sostuvo que Milani no pudo tener responsabilidad dado su rango y su edad en ese momento. Además señaló que el ex jefe del Ejército declaró no haber conocido nunca al conscripto Ledo. Además trascendió que se negó a aceptar preguntas.
Por su parte, Graciela Ledo viajó desde La Rioja para presenciar la indagatoria. A mitad de ella salió a dirigir unas palabras ante la movilización que nucleó a algunos organismos de derechos humanos y partidos de izquierda. Allí afirmó que esperaba que Milani quede detenido al finalizar su declaración.
Tanto Poviña como el fiscal Carlos Brito no vieron elementos suficientes para formular un pedido de detención del ex jefe del Ejército. Tras la indagatoria, Graciela Ledo mostró su bronca y afirmó que no se valoran todas las pruebas que componen el expediente. “Ya me decepcioné con (el juez federal Daniel) Bejas, ahora me empiezo a decepcionar con Poviña”, sostuvo.
Ahora los caminos que quedan es la incorporación de nueva evidencia, pedir una ampliación de la indagatoria o sobreseer de culpa y cargo a Milani.
Durante toda la mañana organismos de derechos humanos (Ceprodh, Fadetuc, Apdh) junto a organizaciones políticas (PTS-FIT, CCC, FPDS, entre otras) se concentraron para exigir el procesamiento inmediato y la detención del ex jefe del Ejército. Las organizaciones simpatizantes del kirchnerismo no fueron parte de la convocatoria. |