Mariano José Herrera (centro), director general de supervisión del Banco de España. Foto: EFE
Hace años que se están investigando la fraudulenta salida de Bankia a bolsa en 2011. Una salida con la cual se esperaba tapar el enorme agujero de todas las cajas que se había asociado, principalmente de la Caja Madrid. Esta operación que se podría llamar “tapar el desfalco” fue capitaneada por Rodrigo Rato desde Bankia y por Fernández Ordóñez desde el Banco de España (con el visto bueno del entonces Presidente Rodríguez Zapatero).
Esta semana se conoció que tres directores generales del Banco de España han presentado la renuncia tras haber salido a la luz que son investigados por el caso Bankia junto con el expresidente de la entidad, Fernández Ordóñez, quien fuera exgobernador del Banco de España y al expresidente de la CNMV.
La imputación dictada por el juez Andreu viene de la mano de unos nuevos correos electrónicos en los cuales los inspectores que “controlaban” la situación de Bankia desaconsejaban la salida a Bolsa de dicha entidad. Ellos planteaban que había “crecientes problemas de rentabilidad” debido a la enorme deuda y el coste financiero.
Casi seis años después de la salida de Bankia a Bolsa se investiga a una parte de los responsables. Esto se debe, en parte por la oposición del juez Fernando Andreu a colocarlos como investigados. Pero es que los correos electrónicos publicados recién en octubre pasado han dejado bien en claro que las autoridades del Banco de España y la CNMV estaban al tanto de todo y le dieron el último empujón a Bankia para salir a Bolsa.
El “triángulo de las Bermudas” español
El caso Bankia, en realidad, es parte del rol que jugaron todas las Cajas y, en general, todo el sistema bancario español durante los años del “pelotazo inmobiliario”. Se podría decir que todo comenzó con la ley de suelo español dictada por expresidente Aznar y Rodrigo Rato (sí el mismo de Bankia), que ayudó a crear la burbuja inmobiliaria. Esto junto a una realidad de tasas más bien bajas (salvo un breve período) dio una situación de acceso fácil al crédito.
El poder político, junto con la banca se dispusieron a crear un mercado inmobiliario desorbitado para llevarse el dinero en camiones. Junto a ellos tenemos otros grandes actores como son las grandes inmobiliarias (algunas directamente eran parte de los bancos). Estos tres vértices: el poder político, el sistema bancario y las grandes inmobiliarias configuraron un triángulo donde el dinero desaparecía para quedárselo en las oscuras cajas fuertes de unos pocos.
El Banco de España actúa, teóricamente, como el organismo que controla la economía para evitar excesos y que haya un buen funcionamiento de la economía. Sin embargo, no es así la realidad. Tan solo por mencionar algunos de los enormes favores que hizo a la Banca se pueden mencionar las cláusulas suelos de las hipotecas y permitir a los bancos evitar la dación en pago. También hay que mencionar del “descontrol” del Banco de España en relación a las Preferentes, otra manera que los Bancos tuvieron para tapar sus pérdidas, aprovechándose de los ahorros de años de trabajo de miles de personas.
El “descontrol” del Banco de España es la como la “contabilidad creativa” de las empresas capitalistas privadas. Solo muestra lo que quiere enseñar. Era claro que el Banco de España sabía la operación salida a Bolsa de Bankia y las “irregularidades” que se estaban cometiendo. Pero esta era la forma de “sanear” el desfalco que durante años se estuvo realizando en las Cajas.
El poder judicial también tiene su parte, dentro del vértice del poder político. La justicia tardó años en resolver el problema de las cláusulas suelos y cuando lo hizo fue favoreciendo a la banca sin necesidad de que pague retroactivamente todo lo robado. Era un robo tan descarado que la “Justicia” europea tuvo que reconocer que la devolución sea retroactiva.
Dentro del vértice del sistema bancario, en las cajas de ahorro se escondían todos los representantes políticos, sindicales y patronales. Tanto el PSOE, como el PP (y hasta IU); tanto CCOO como UGT y las diferentes patronales, todos estaban al tanto del saqueo y la gestión fraudulenta de las cajas. En Caja Madrid con las tarjetas Black, en Catalunya Caixa con auto-aumentos de sueldos desorbitados y en todas las Cajas participando del saqueo al trabajador que compraba un piso como podía.
Este “triángulo de las Bermudas” español es uno de los mecanismos por los que los trabajadores y el pueblo seamos quienes paguemos la deuda generada por el sistema bancario, las grandes inmobiliarias y el sistema político español. Ya sea por la nacionalización de una deuda que suma 60.000 millones de euros, ya sea por las preferentes, por las cláusulas suelo, etc.
No es un problema de que el Banco de España no controle. El problema es justamente que controlan ellos, los que reparten la torta. Es la forma en que el capitalismo expropia los ahorros y el trabajo de millones para conseguir ganancias mil millonarias. Son ellos o somos nosotros, no hay término medio. La única salida contra este desfalco permanente a los trabajadores y sectores populares es la nacionalización bajo control obrero de todo el sistema bancario. |