Foto La Pulseada
Fernanda se fue, el 19 de febrero, luchando, como lo hizo desde el primer día en que las autoridades le dijeron que a Seba lo habían matado con un golpe, del cual acusaban a uno de sus amigos. Esta madre, ejemplo de cómo se enfrenta al estado y su impunidad, tuvo que transformar su dolor en fuerza para salir a la calle, para juntarse con otros familiares que luchaban contra la represión policial.
La primera gran pelea de Fernanda, junto a su familia, fue de desenmascarar a una policía que borró evidencias del crimen una vez hallado el cuerpo. La segunda fue avanzar sobre el médico de la policía, que fraguó el origen de la muerte para encubrir lo que realmente había pasado. Pero no fue suficiente que se haga una nueva autopsia y se descubra una bala en el cuerpo de Sebastián, para que este funcionario público siga trabajando como médico municipal, y así se denunció el último 14 de febrero ante un nuevo aniversario de este terrible caso de gatillo fácil. Desde la Comisión Provincial por la Memoria, que patrocinan este caso, pidieron que se cambie la carátula de la imputación, ya que se trata de un claro encubrimiento.
Fernanda tuvo que luchar en un pueblo donde poco se dice, por su hijo aparecido en las costas del Río de La Plata como muchos cuerpos aparecieron en la última dictadura militar. Allí donde la Base Aeronaval de Punta Indio aún da escalofríos de impunidad, ella organizó actos y se manifestó desde el primer día porque la memoria de Sebastián desenmascare la represión, la brutalidad y la impunidad de las fuerzas de seguridad.
Los que tuvimos la suerte de conocer a Fernanda y su lucha, la recordaremos con la fuerza que siempre expresaba en sus palabras. Hoy, los hermanos, familiares y amigos de Sebastián, junto a todos aquellos que pelamos contra el gatillo fácil y la violencia del estado, continuaremos esta lucha por encarcelar a los asesinos como a los que los encubrieron. |