Si bien los máximos referentes del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (empezando por ella misma) continúan guardando el más incómodo silencio sobre la reciente detención del general del “proyecto nacional y popular” César Milani, lentamente comienzan a aparecer algunas voces aliadas del kirchnerismo.
Ayer la titula de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, afirmó que fue Cristina quien decidió mantener a Milani en su cargo pese a las denuncias en su contra, aclarando que Abuelas nunca apoyó al militar. Y quien también habló fue Raúl Eugenio Zaffaroni, exjuez de la Corte Suprema, actual miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA y abogado defensor de CFK en algunas causas judiciales.
Entrevistado por Bernarda Llorente en el programa Detrás de lo que vemos de AM750, Zaffaroni intentó responder rápido y sin mucho compromiso las preguntas referidas al caso Milani.
Consultado por Llorente sobre cómo tomó la detención de Milani, Zaffaroni dijo “bueno, no sé. Yo no conozco. Lo que tengo son solamente noticias periodísticas. Evidentemente Milani en aquel momento era un teniente o subteniente, con una muy baja graduación. No me animo a condenar a nadie así, sin una información un poco más precisa”.
La periodista le consultó por las repercusiones de esta detención, ya que “más allá de las acusaciones puntuales” el caso tiene componentes eminentemente políticos. “Sí, justamente por eso es que no me animo a abrir un juicio contundente a este respecto sin tener una información mucho más detallada”, respondió Zaffaroni. Aunque luego coincidió con el desacierto de Cristina al nombrarlo jefe del Ejército con denuncias en su contra. “Es verdad, si alguien está sospechado no sé si es la mejor decisión nombrarlo”, reflexionó.
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De todos modos, el exjuez apuntó a las dudas que le genera la detención de Milani en medio de la crisis por la que atraviesa el Gobierno de Mauricio Macri. “Independientemente de eso (del erróneo nombramiento de Milani durante el kirchnerismo) el momento en el que se produce la detención, bueno, me hace dudar de si esto no tiene un sentido político diferente”, expresó Zaffaroni.
Llorente entonces le preguntó, en su calidad de experto en derechos humanos, si la detención de Milani puede ser contraproducente para la política del actual gobierno, en función de que el macrismo “intenta retroceder en los derechos humanos”. “Es contradictorio”, respondió Zaffaroni, y agregó que eso es lo que le hace “sembrar algunas dudas, así que me abstengo de ser contundente en la respuesta. Habrá que analizarlo. No quiero ni condenar ni absolver a nadie mediáticamente”.
Por último expresó si, en medio del escándalo del Correo Argentino, todo lo que rodea al caso Milani “será así o es una cortina de humo. No sé. Seamos prudentes y cuidado con lo que estamos diciendo”. Enseguida se dio por cerrado el tema y se pasó a recordar que ayer fue el cumpleaños de Milagro Sala.
Es curioso que Zaffaroni apele al desconocimiento de los hechos para justificar sus dudas. Por tres razones: primero, él es un especialista en la materia de derechos humanos, con lo cual el caso debería al menos haberle despertado un interés especial; segundo, el “caso Milani” ya lleva más de cinco años, desde que se hicieron públicas las primeras denuncias alrededor de los casos Ledo y Olivera; y tercero porque nadie puede decir que las acusaciones contra Milani por parte de sobrevivientes, familiares de víctimas y organismos de derechos humanos fueron secretas ni estuvieron vedadas al acceso de quien quisiera saber.
No es casual que en la entrevista, precisamente, no se hayan mencionado los casos de Alberto Ledo, Pedro y Alfredo Olivera, Verónica Matta y Oscar Schaller, donde lejos de cortinas de humo o especulaciones infundadas hay acusaciones muy concretas sobre el accionar de aquel joven subteniente en Tucumán y La Rioja durante la represión genocida.
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Quizás ese “desconocimiento” y falta de información acusados por Zaffaroni lo llevaron a relacionar (ahí sí sin dudas) la detención del militar con la situación crítica por la que atraviesa el gobierno de Mauricio Macri. Pero la indudable coyuntura complicada del hijo de Franco no debería hacer perder de vista que Milani estaba citado a prestar declaración indagatoria el último viernes luego de innumerables dilaciones y obstáculos interpuestos durante estos años, tanto por los abogados del propio Milani como por jueces y fiscales.
Coincidencia temporal o no, lo cierto es que producto de una larga lucha de los querellantes había muchas razones para pretender que Milani quedara detenido con prisión preventiva cuando se presentara (por fin) en los tribunales riojanos. Y aunque haya quienes se sorprendieron con la noticia, pasados ya algunos días queda cada vez menos margen para dudas o evasivas.
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