Soy una jovén estudiante secundaria, dibujante y fotógrafa. Cuando conocí la noticia de que el cuerpo de Luciano había aprecido sentí le necesidad de hacer algo. De ahí surgió la idea, junto con mis amigos, de impulsar la realización de un mural en su nombre.

El día que nos enteramos del final triste sentimos mucha indignación. Otro pibe más, desaparecido y asesinado por la maldita policia, que recurre a pibes como él, como nosotros para servirles el banquete. Encubierta por este sistema nefasto.

Hablo por mi, y por mi curso cuando digo que vamos a luchar desde nuestro lugar, "disparando conciencia", para que ningún Luciano exista nunca más. Que no desaparezca, ni sea asesinado a manos esta policía que mata y tortura todos los días en sus comisarias: ni un pibe más. Porque más allá de todo, Luciano tenía nuestra edad, tenía muchas cosas por la que quería seguir, y fueron por él, como pueden venir por mi, por nosotros, cómo atacan siempre a pibes de barrio humilde de este conurbano. Le quitaron los sueños, quisieron agotar su sonrisa, sus ojos buenos, sus ganas de aprender, de estudiar, de luchar por una vida mejor. Y nosotros vamos a luchar por eso con un poquito de él en cada uno de nosotros.