Se viene un nuevo tarifazo, lo anunció el gobierno la semana pasada y otra vez le toca al transporte. El boleto mínimo de colectivo pasará a costar entre 8 y 11 pesos. Este aumento vuelve a impactar directo en los bolsillos populares, y se suma a todos los que viene llevando adelante el gobierno de Macri, la inflación, los despidos y los topes salariales. La propia cámara empresaria del transporte, en una carta difundida ayer, anuncia que se redujeron en un 8 % los pasajeros desde Abril del año pasado. Por su parte, Roberto Fernández, hace quince días declaró ante los medios su respaldo a la exigencia empresaria "… algunos tramos van a ser inviables sin estos subsidios y podrían perderse muchas fuentes de trabajo. Si no nos dan una solución, la UTA va a acompañar el paro de la CGT…".
Cuando se trata de defender las ganancias empresarias, Fernández amenaza con acompañar el paro tardío, y aún no confirmado de la CGT. Pero respaldó sin dudar, sentado junto a Dietrich, el aumento del 100 % de las tarifas, y en el mejor de los casos deja pasar, cuando no promueve, los despidos persecutorios en varias líneas de colectivos, así como la insalubridad que afecta a los trabajadores del sector. Mientras los trabajadores del sector ven pasar delante de sus ojos millonarias ganancias, que la dirección del gremio ayuda a encubrir, en vez de exigir que las empresas abran sus libros contables, forma en la que se demostraría que no hay pérdidas, sino un negocio redondo.
Esos millones no son destinados al mantenimiento de un servicio de calidad, con flotas con problemas estructurales que afectan la seguridad del pasajero y baja frecuencia. Es decir, cada vez se paga más por un servicio desfinanciado. Parece una locura que suban el boleto mínimo a 11 pesos, cuando la mitad de la clase trabajadora gana menos de 8000 pesos mensuales, mientras las paritarias son a la baja (a los docentes les ofrecen 18% en 4 cómodas cuotas). Los aumentos recibidos son miserables, muchas familias no llegan a fin de mes y a otras cada vez les cuesta más. El año pasado hubo más de un 40% de inflación y el salario perdió poder adquisitivo, y se siente de verdad. Ni hablar los jubilados, que deben subsistir con 6300 pesos por mes, o los trabajadores que no tienen empleo, cerca de un 10% de la población.
También los recientes despidos masivos en distintas industrias. Como en Bangho, Atanor, las de las obreras textiles de Neuquén que vienen resistiendo con un mes de toma, distintas acciones y corte el puente Neuquén - Cipolletti, o el de los trabajadores de AGR - Clarín, también con un mes de toma y distintas acciones que han recibido la solidaridad de trabajadores de distintos sectores, organizaciones sociales y políticas. Estas razones de la "pérdida de pasajeros", son que las patronales y la dirección de la UTA omiten, aquellos que pierden su fuente de trabajo por los ataques patronales, y no sólo pierden recursos para viajar, sino que pierden acceso a la salud, a la educación y a servicios básicos.
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La desidia y sed de ganancias de los empresarios llega a provocar muertes obreras, como el caso del compañero de la línea 60 David Ramallo, que se desempeñaba como mecánico y murió aplastado por un colectivo. Él y sus compañeros venían denunciando que el sector donde trabajaba no estaba en condiciones. Como siempre, la patronal ordenó seguir trabajando, y la UTA dejó pasar las condiciones laborales que terminan en verdaderos asesinatos laborales. También dejan pasar los despidos persecutorios en diferentes líneas, tanto en el actual gobierno de Macri como con el kirchnerismo. En la línea Este de La Plata, la 266, 271, 79, 31, 65, 176, 501 de Moreno, la 15 y 41, por nombrar casos en que se sigue luchando por la reinstalación. En la línea 41, Sergio Gómez lleva un acampe y pelea por volver a su puesto de trabajo. Estos despidos intentan atacar la organización que se da cada línea para defender los derechos de trabajadores del transporte y usuarios. Es cada vez más notorio que es un ataque de conjunto a los trabajadores, independientemente del gremio y requiere un plan de lucha unitario, que todas las centrales sindicales sindicales se niegan a convocar, manteniendo su tregua con el gobierno.
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La agrupación Choferes por las 6 horas - David Ramallo viene denunciando hace tiempo esta situación y en estos días se estará relanzando la campaña por las 6 horas de trabajo por insalubridad, ya que las condiciones laborales de los choferes y trabajadores del sector, no solo degradan su propia salud, sino la seguridad del transporte público. Se vuelve a insistir con el llamado a los usuarios del transporte público, que son trabajadores, docentes y estudiantes, en especial las agrupaciones combativas de distintos sectores de trabajo y estudio, organizaciones sindicales, sociales y políticas, a enfrentar este ajuste de conjunto, levantando la bandera de Basta de Asesinatos Laborales, por la reinstalación de los despedidos de todos los sectores y los tarifazos en las distintas áreas. Luchando por aumentos salariales para todos y la mejora de los servicios públicos, como la necesidad de un transporte público de calidad, exigiendo a las centrales sindicales un plan de lucha para ganar.
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