Al parecer el evento de “La noche de los dibujantes” ya está instalado en la escena cultural de Buenos Aires ya que contó con una alta afluencia tanto de dibujantes pertenecientes a la Asociación de Dibujantes de Argentina (ADA) como de público interesado. Se calcula que superó las 1000 personas, a pesar de la lluvia.
Entre los artistas que participaron pudimos encontrar a: Isol, Rep,Augusto Costhanzo, Altuna, Sala, Salvador Sanz, Parés, Ale Lunik, Lucas Nine,Taits, Tute, Von Chuyo, Aleta Vidal, Andrés Alvez, Andrés Lozano, Ariel López V., Ariel Olivetti, Ayar, Bernardo Erlich, Bobillo, Braian Janchez, Huron, Ignacio Noé, Iñaki Echeverría, Cacho Mandrafina, Capitán Manu, Carlos Aon, Clara Lagos, Daniel Paz, Dante Ginevra, Delius, Diego Greco, Emilio Utrera, Federico Pazos, Fernando Calvi, Gastón Souto, Gory, Gustavo Deveze, Horacio Langlois, Iván Riskin, Jok, Jorh (Jorge Luis Lepera), Joris, José Mazzaroli, Juan Manuel Puerto, Julieta Arroquy, Kiko, Lalia, Langer, Lara Lee, Laura Salomone, Lautaro Fiszman, Lea Caballero, Lito Fernández, Lucas Giraldez, Maartje, Maicas, Majox, Mantrul, Marcos Vergara, Martin Túnica, Max Aguirre, Nahuel Amaya, Oscar Capristo, Pablo Filippo, Pablo Túnica, Pati, Patricia Breccia, Pedro Mancini, Pipi Sposito, Podetti, Powerpaola, Quique Alcatena, Razz, Rodrigo Luján, Rovella, Santiago Fredes, Sagarnaga, Sebastián Ramseg, Sole Otero, entre otros.
Dentro de la concurrencia que tuvieron todos los atractivos en la jornada vespertina,que duró hasta pasadas las 2 y media de la mañana, como ser los combates de dibujantes, shows musicales junto a stand up de dibujantes, los estudios en vivo de los artistas haciendo sus tiras diarias, la muestra y el remate de originales, se podría decir que el principal suceso que aglomeraba filas y filas de gente fue específicamente el sitio donde se hacían dibujos originales. Las hojas sobre las cuáles dibujaban eran aquellas que se conseguían allí dentro al valor de $150 o algunas que venían con 4 divisiones más pequeñas en la misma hoja al valor de $100. Muchos personificaban sus pedidos o pedían dedicatorias especiales.
Un dibujo tras otro, de tantas manos afiladas con un sacapuntas colectivo. Era una gran fábrica de dibujantes que se comprometieron a brindar su trabajo para recaudar dinero para la asociación de la que forman parte todos juntos como gremio. Muchos comentaban la necesidad de que la asociación creciera para poder poner fin a la precarización laboral a la que se ven sometidos sobre todo en las grandes empresas donde siguen siendo, en el mejor de los casos, monotributistas, trabajadores autónomos. “Tengamos o no trabajo tenemos que pagar el monotributo, que además acaba de aumentar la cuota” nos comentaron algunos. Otros cuando les preguntamos si ya estaban cansados, con una sonrisa nos contestaban: “Siempre trabajamos así, con poco tiempo”. Otros hicieron referencia a que es un trabajo muy mal pago.
Cada persona que quería llevarse un dibujo hacía colas de hasta 3 horas en los casos de los más famosos, para conseguir el dibujo de su artista preferido. La clave de tal fenómeno radica principalmente en el hecho de que por un valor menor al del valor que se maneja en los tarifarios que incluso se manejan en el ADA, se podía adquirir una obra original y personificada de muchísimos y muy variados estilos (ya que a los dibujantes se les podía pedir cosas especialmente, incluso las hubo de las más rimbombantes.) Es decir, que no ya un coleccionista, o una gran editorial, sino una persona corriente, podía adquirir una obra de arte a una suma que podría pagar el bolsillo de un trabajador de sueldo medio. Además que daba a conocer a los propios artistas que hay detrás de las tiras cómicas, las acuarelas, las tintas y los collages y la posibilidad de conversar con ellos.
Cada uno en cada cola desesperaba por conseguir su dibujo y se iba contento y exaltado a la próxima fila para conseguir un nuevo original de otro artista. Ahí es cuando se mostraban en una mínima expresión esas viejas costumbres del acopio y la fetichización del arte y la cultura. Costumbres llenas de paradojas en un sitio que alguna vez fue una fábrica, en un evento exitoso donde descansa y se alimenta, como en cada sitio del mundo, la sociedad capitalista. El valor que adquiere una pieza de arte hoy en día, está regulado por el mercado y la obra de arte es, en definitiva en el capitalismo, como ya se ha dicho, la más sofisticada de las mercancías. Pero una obra de arte no es sólo eso y no hay definiciones taxativas que puedan perdurar en el tiempo para definir lo que el arte es, fue y será.
Pero cada obra de arte, además de poder tener un valor en el Mercado y en el coleccionismo, entre otras millones de cuestiones, tiene otro tipo de valores como ser que se presentan en algunos contextos como hechos sociales o políticos significativos. Bien puede ser el caso tan conocido del Guernica de Picasso. Otras veces aunque formen parte de hechos significados son absorbidos o tapados por las preferencias del arte hegemónico.
Lo cierto es que en la coyuntura actual en donde nuestro país sufre tarifazos, ajustes y despidos. En la noche de los dibujantes brillaron algunas estrellas de solidaridad. Entre las colas y la gran multitud pudimos conseguir que algunos de los artistas con los que llegamos a conversar hicieran (algunos de los cuales seguramente sufran la precarización que otros nos contaban), dibujos a favor de la lucha de los trabajadores despedidos de AGR Clarín, que desde el día 14 de enero se encuentran tomando la planta de Pompeya en defensa de sus puestos de trabajo y como respuesta organizada ante los 380 despidos ilegales, que configuran la totalidad de la fábrica.
Sergio Langer. Tetazo para los compañeros de AGR. Justo ese día se cumplía un año que lo despidieron de Clarín.
Isol. Ilustración de "¡Fuerza leones!".
Ivan Riskin? del grupo Alegría.
Taits. "No al cierre de AGR". |