Derrotó 3-1 al Junior de Barranquilla en un estadio repleto. En el último suspiro, el arquero Luchetti salvó con una atajada un resultado que podía complicarlo por el 1-0 en Colombia. Proeza tucumana.
El “Decano” de la provincia conocida como “el jardín de la República” hizo sus primeros palotes en la historia grande de la Copa Libertadores a toda mística copera. Después de un primer repechaje con intemperancias inéditas en Ecuador (estuvieron a punto de quedar descalificados por un retraso en el vuelo y llegaron en micro para jugar con botines prestados y casacas de la Selección sub-20), este segundo capítulo para ingresar –por fin- a la fase de grupos de la copa más importante de América tuvo emoción y alto voltaje.
En el partido de ida de la semana pasada en Barranquilla, el 1-0 parecía un resultado remontable. Pero no hacer goles de visitante puede pagarse caro en esta competencia continental. Y si no era por las manos de Luchetti en el último suspiro del partido de anoche, casi se termina la historia en el umbral de la clasificación.
La tranquilidad llegó enseguida, tras una semana de ansiedad: desde el primer tiempo, Atlético ya ganaba 3-0 con goles de Aliendro, Menéndez y Zampedri. El “Decano” manejó el partido y pudo estirar la diferencia. Pero a los 38 minutos de la segunda etapa, las tribunas albicelestes recibieron un baldazo de agua fría, con el descuento de Sebastián Hernández para el Junior, uno de los clubes colombianos con mayor tradición copera.
Y es que los goles de visitante pesan tanto que pueden significar la eliminación: tras un pelotazo largo, que un jugador de Junior bajó de cabeza, le quedó servido a Robinson Aponza el pase a la siguiente fase; si convertía el 2-3 era el adiós para los tucumanos. Pero Cristian Luchetti tuvo reflejos de arquero de Libertadores y atrapó una pelota difícil, que estuvo por centímetros de colarse en la red.
Pero el que se coló fue Atlético Tucumán; o mejor dicho, no se coló, entró arañando, cuando casi se le cerraba la puerta. Pero entró igual, a puro nervio y mística. Ya está disputando la Copa Libertadores, al 100 %. Es historia para el “Decano”.
Ya vendrán en el grupo 5 el histórico Peñarol de Montevideo, la altura de Bolivia para enfrentar al Wilsterman y el Palmeiras, con todo lo que significa tener a un club brasilero como rival. Pero por ahora, a la mitad de Tucumán no le queda otra que disfrutar. Y seguir soñando despierto. No le pidas a nadie que te pellizque: estás en la Copa Libertadores, te lo ganaste Atlético de Tucumán.