Lo más novedoso de este fin de semana ha sido que el presidente Mariano Rajoy, durante una rueda de prensa en Brisbane (Australia) después de la cumbre del G-20, anunció que está preparando un viaje a Cataluña admitiendo, “Tendré que explicar mejor que hasta ahora mis razones y mis argumentos” en Cataluña.
De este modo, intentará por un lado calmar al PP catalán, que ha cuestionado su parálisis después de la celebración del 9N. Por otro lado, muestra que su estrategia de responder por la negativa su rotunda oposición al 9-N y el proceso en Cataluña, no viene teniendo resultados de cara a su base electoral.
“Voy a intentar explicar a los catalanes que es el momento de luchar contra el paro, que España es un gran país con peso en el mundo, como demuestra este G-20 en el que se han puesto las reformas españolas como un ejemplo. Les voy a decir que yo no quiero que tengan que elegir entre ser catalanes o españoles. Les voy a decir que en este mundo no conviene estar aislado, que no quiero que les expulsen del euro. Y también les voy a decir que a Cataluña le ha ido bien cuando ha tenido dirigentes que han sabido buscar el pacto. Yo voy a defender sus intereses", aseguró en una rueda de prensa en Brisbane.
Como parte de este giro en su diálogo, también anunció que contestará a la carta que el presidente de Cataluña, Artur Mas, dirigió a Rajoy ofreciendo diálogo y negociación después del 9-N. También evitó pronunciarse sobre las decisiones de la fiscalía respecto a la querella contra Mas.
Por su parte, el Partido Socialista español (PSOE) celebró este fin de semana su Congreso en Zaragoza, en el que la cuestión catalana y el debate territorial estuvieron en el eje de sus resoluciones. Unas de sus conclusiones anunciadas fue que “España sufre la mayor crisis institucional desde la instauración de la democracia”. Así, insta al PP a “abordar una renovación del pacto constitucional” con una reforma parcial de la Constitución. Aunque no es una resolución elaborada de reforma, lo que propone Pedro Sánchez es un “pacto de renovación constitucional”.
Miquel Iceta, secretario del Partido Socialista de Cataluña (PSC), apeló al Gobierno central diciendo que “Abrimos a Rajoy un camino fácil para que se avenga a hablar de la reforma constitucional y no dejar el campo libre a los rupturistas”.
Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, enviará oficialmente la propuesta del PSOE al presidente del Gobierno; concretada en la creación de una subcomisión dentro de la Comisión Constitucional del Congreso “que permita delimitar los aspectos de la reforma y las diferentes soluciones a adoptar mediante la comparecencia de expertos y la petición de informes a los órganos constitucionales implicadas, a las comunidades autónomas".
Así pretende dar respuesta el PSOE a la profunda crisis que abrió la cuestión nacional catalana. La resolución de Zaragoza dice al respecto que “Estamos convencidos de que las dificultades de reconocimiento que encuentra Cataluña pueden y deben resolverse en el marco de una reforma de la Constitución que afecte al conjunto de las comunidades autónomas".
Los resultados del 9N dejaron para el presidente Rajoy y el PP catalán, Artur Mas, el PSOE y los partidos soberanistas un laberinto de negociaciones de difícil salida. Los debates sobre la Reforma Constitucional propuesta por el PSOE que abre la cuestión catalana adquieren un carácter menos simbólico en medio de una crisis política profunda del régimen español. |