Con un acto frente a Casa de Gobierno y una marcha alrededor de la plaza Independencia, se recordará a Paulina Lebbos, a 11 años de la última vez que fue vista con vida. Paulina -23 años, madre de una niña de cinco años y estudiante de Comunicación- salió con sus amigas y, ya en la madrugada del 26 de febrero, desapareció cuando iba en un remise hacía la casa de su novio. Días después su padre, Alberto Lebbos, reconoció un cadáver hallado a 30 km de la capital tucumana.
Desde un primer momento actúo todo un entramado que incluyo a policías, funcionarios políticos y judiciales que obstaculizaron la investigación, ocultando o falsificando pruebas.
Tras 11 años de movilizaciones exigiendo justicia dos causas relacionadas con el femicidio de Paulina fueron elevadas a juicio. En la primera se encuentras seis funcionarios de la gestión de José Alperovich, con importantes cargos. Se trata del entonces jefe de Policía, Hugo Raúl Sánchez; el subjefe de Policía, Nicolás Barrera; el subjefe de la Regional Norte, Héctor Rubén Brito; el entonces secretario de Seguridad, Eduardo Di Lella, y el policía retirado Hugo Waldino Rodríguez. Todos por encubrimiento, mientras que Roberto Luis Gómez está acusado de privación ilegítima de la libertad seguida de homicidio.
En la otra causa, el ex fiscal Carlos Albaca está acusado de comisión de delitos durante los siete años en los que controló la investigación del caso.
Ambas causas se encuentran paralizadas en la Cámara Penal. “Los defensores hacen uso y abuso de los derechos de la defensa, recusan jueces y también hay jueces que se están inhibiendo. ¿Acaso quieren elegir a los jueces? Que elijan que jueces quieren, yo no me opongo, las pruebas son contundentes”, dispara Alberto Lebbos.
Durante las primeras semanas luego del crimen de Paulina, Alperovich llegó a afirmar que sabía el nombre del asesino de Paulina pero cerró filas con los encubridores. Respaldo a su ministro de Seguridad mientras que Di Lella continuó como secretario durante años. Brito fue promovido a jefe de Bomberos, entre otros ascensos policiales. La hipótesis de los “hijos del poder” nunca fue investigada debidamente por la Justicia, dando lugar a destrucción de pruebas conservadas como el ADN de Paulina, imposibilitando los cruces de llamadas, además de coartadas inverosímiles.
El pedido por la celeridad en los juicios será un reclamo central en la marcha de las 20. Desde las 17 una radio abierta será la plataforma de denuncia de decenas de casos que continúan impunes. Por la mañana, a las 11, habrá un homenaje en la plazoleta Miguel Lillo, zona donde se la vio por última vez a Paulina. |