La aplicación de la reforma energética se viene haciendo de forma gradual. Desde julio del 2015 se han hecho licitaciones a empresas privadas para explotar suelo mexicano. La Comisión Nacional de Hidrocarburos desde entonces, ha otorgado licitaciones a 49 empresas de las cuales 25 son mexicanas.
Ante esto la situación con la reforma energética no viene mejorando, pues los precios de los combustibles y la energía eléctrica no han disminuido en nada. También el aumento de producción de petróleo y gas no se cumple pues el otorgamiento de las licitaciones sólo han producido 0.7% ante el 99 que PEMEX produce. Esto tiene su correlato en que muchos de los combustibles se siguen importando.
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Mucho de esto se explica al poco grado de explotación de los campos terrestres concedidos desde la reforma energética y la caída de los precios del petróleo que hoy no implican un negocio para el capital privado. Varios de los campos aprobados para la exploración y explotación del crudo hoy se encuentran intactos.
La reforma energética nunca significó un verdadero proyecto para disminuir los precios de los combustibles y explotar recursos naturales, sino por el contrario implicó una mayor subordinación al imperialismo al abrir Pemex al capital privado.
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Hoy la reforma energética está más lejos que nunca de representar los intereses de la clase trabajadora y el pueblo pobre, que hoy paga los altos costos de los combustibles y se ven afectados con los gasolinazos. Lejos de resolver el problema la reforma energética significó el debilitamiento de la industria energética nacional y la subordinación de ésta al imperialismo.
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Sólo la renacionalizacion, sin indemnización de Pemex puede resolver los altos costos de los combustibles, y darle fortaleza a la rama energética a nivel nacional, solo con la condición de que esta esté puesta a funcionar bajo el control de sus trabajadores.
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Para ello hay que tirar no sólo la reforma energética sino al conjunto de reformas aprobadas por los partidos patronales, que hoy más que nunca nos atan al imperialismo estadounidense. Sólo la movilización en las calles de las masas explotadas y oprimidas, sin confiar en el régimen y sus instituciones, pueden lograr esto. |