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Al mismo tiempo que los trabajadores despedidos de Lear votaban en asamblea la realización de una nueva jornada de lucha contra los despidos de la multinacional norteamericana, y en el mismo día en el que distintos funcionarios del gobierno nacional volvían a negar la posibilidad de una recomposición salarial a fin de año, en un local de “Unidos y Organizados” del barrio porteño de Once un acto de la militancia kirchnerista sostenía una ficción para celebrar el Día de la Militancia. “Democracia es tocar intereses y afectar negocios. Eso es lo que aprendimos de Néstor”. Así hablaba uno de los presidenciables del Frente para la Victoria, Sergio Urribarri, y lo escuchaba, entre otros, el dirigente de La Cámpora Andrés Larroque.
A miles de kilómetros de distancia, pero en la misma sintonía, otro presidenciable K, el ministro Florencio Randazzo, decía en otro acto conmemorativo del Día de la Militancia en Rio Gallegos que Cristina “tomó la decisión más importante que un Presidente ha tomado en la democracia moderna: emancipar la política de los poderes corporativos y mediáticos y ponerla del lado de la gente”.
Encerrados en sus locales, intentaban negar la realidad del balance de un año en el que el kirchnerismo le sirvió jugosos negocios a los “poderes corporativos”, empezando en enero con una devaluación que licuó los salarios pero dio ganancias millonarias a los bancos, y siguiendo con los miles de millones de dólares comprometidos para Repsol, el Club de París o el CIADI, mientras para los trabajadores lo que hay es inflación, techos a las paritarias, despidos, suspensiones…y represión con Berni para el que no le guste. Por las dudas, también tienen a César Milani, ahora reforzado en sus equipos de inteligencia. Al mismo tiempo, preparan la billetera para arreglar con los fondos buitres después de enero, mientras un rotundo no es la respuesta para los trabajadores y jubilados que exigen recomposición salarial, bono de fin de año o eliminación del impuesto al salario.
En el 2014, además, el Día de la Militancia encuentra al gobierno, como siempre, aliado a la burocracia sindical, otra “corporación” que tras el retorno de Perón jugó un rol nefasto integrando la Triple A de López Rega. Por dar un ejemplo, durante los últimos 6 meses, entre los trabajadores de Lear y los poderes de la multinacional estadounidense y el SMATA, el kichnerismo no estuvo precisamente “del lado de la gente”, al decir de Randazzo. Extraña “emancipación de la política” la de los K.
Estos relatos ficcionales encubren no sólo la realidad de un giro más a derecha del kirchnerismo en todos los terrenos, sino también los avances hacia un acuerdo con Scioli para 2015, que es quien cuenta con mayores chances de ser el candidato presidencial del Frente para la Victoria. El relato, entonces, busca mantener en el discurso ciertas banderas para el alicaído progresismo K, mientras el fin de ciclo indica que la realidad va para otro lado.
Atento a su juego, ayer en Mendoza Scioli realizó su acto por el Día de la Militancia. Junto a él estuvieron los gobernadores Francisco Pérez, Eduardo Fellner, Maurice Closs, Gildo Insfrán y Martín Buzzi, entre otros, así como dirigentes como Fernando Espinoza o Diego Bossio.
Lejos del discurso del dirigente de La Cámpora Andrés Larroque, en el acto del barrio de Once, respecto de la “construcción militante”, el 2015 de la mano de Scioli se acerca más entonces para el kirchnerismo a un acuerdo con los caciques del PJ para conservar espacios de poder tras el mandato de Cristina, y los relatos ficcionales tendrán que encontrar un nuevo sentido después de 2015.
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