Como ya informó La Izquierda Diario, el pasado martes 21 de febrero se realizaron elecciones en la Unión Ferroviaria. Como es costumbre, a nivel nacional del gremio la elección de las autoridades fue un mero trámite: se volvió a presentar lista única debido al estatuto proscriptivo de la UF, que impone como condición para presentar lista nacional contar con listas en la mitad de las 21 seccionales que hay en el país.
Independientemente de que es un criterio arbitrario porque las líneas ferroviarias urbanas concentran a la gran mayoría del plantel de afiliados (en un gremio en el cual el índice de afiliación es muy alta, cerca de un 85 %), el proceso de privatizaciones para dar la concesión del servicio ferroviario a empresas privadas durante el menemismo –proceso con el que la oficialista lista verde de José Pedraza colaboró activamente- hizo que haya seccionales enteras reducidas a su mínima expresión. Seccionales pequeñas como Entre Ríos o el Chaco (en las que el servicio ferroviario es ínfimo) o la obra social OSFE –que tiene seccional propia- le imponen a las seccionales más grandes como la seccional Sud (6000 empadronados de la líneas Roca, Ferrobaires y Ferrosur) no poder presentar una lista para disputar la conducción de la Unión Ferroviaria a nivel nacional. Una proscripción burocrática disfrazada de “federalismo” con la cual la Verde se asegura el control.
En la seccional Sud se impuso la verde pese a no cosechar el apoyo de la mayoría: sólo votó el 54% del padrón total y aunque en el Roca hubo en los últimos años más de 1500 ingresos digitados por la Verde, sólo crecieron 300 votos en relación a la elección anterior de seccional.
En el resultado global -78 % para la Verde, 22 % para la Naranja-Gris-Bordó- tuvo mucho peso el control entre clientelar y policial que impone la Verde en Plaza Constitución, el lugar que concentra más personal. La muestra está en que tanto en los centros de votación de Remedios de Escalada como de Temperley, el porcentaje opositor osciló entre el 27 y el 24 % (con algunas mesas en las que se obtuvo hasta el 31 %), mientras que en Constitución la diferencia fue de 85 a 15 %.
Acto del Frente de Unidad Naranja-Gris-Bordó en Plaza Constitución
Muchos delegados son a la vez supervisores o encargados, y si no lo son actúan como tales. Pero en Constitución donde la mayoría del personal es nuevo ese factor es más fuerte. La dirigente de mayor peso, Karina Benemérito –a la vez gerente en el directorio de Ferrocarriles Argentinos-, posó en fotos junto al plantel de supervisores de Evasión y Control, en un claro mensaje a la base ferroviaria. Hubo aprietes concretos a compañeros que se ofrecieron como fiscales por la lista opositora con amenazas como “te van a despedir, no te metas” por parte de los encargados.
El día de la votación, el ingreso a las mesas en Constitución estaba custodiado por “patovicas”, lo que para muchos compañeros y compañeras nuevos seguramente resultó intimidante. Esos mismos patovicas comandados por “el Colo” Salvetti (miembro de la Comisión de Reclamos de la UF, ex barrabrava de Independiente) festejan llamativamente eufóricos en imágenes que ellos mismos hicieron circular por redes provocando a los principales miembros de la lista opositora con el cantito “Se van con el c… roto”, provocación sorteada con alta moral por los compañeros.
Además el voto era casi cantado: la junta electoral (verde, obviamente) aprobó una boleta de un solo cuerpo y en papel delgado para la oposición y una boleta de cuatro cuerpos y en papel casi cartulina para la lista oficial; era evidente que en los sobres “gordos” iban votos verdes.
Pese a todo esto y a la maniobra de hacer elecciones en febrero, en plenas vacaciones, (que tuvo el objetivo de que quede minimizada la oposición y que la votación funcionara como un plebiscito a favor de la dirección burocrática) el intento fue un fracaso: la mayoría no votó a la Verde y hubo un alto nivel de abstencionismo que expresó algún grado de descontento y disconformidad con ellos. El nerviosismo que mostraban los dirigentes de la seccional era todo un síntoma.
Se consolida una oposición clasista con la Naranja al frente
Pero la primera muestra de que se consolida una oposición en el gremio está en que nuevamente en la seccional más grande del sindicato vuelve a haber lista alternativa al pedracismo verde, como en la elección anterior hace 4 años. Esta vez, una lista de unidad: la Naranja-Gris-Bordó. La oposición encabezada por la Naranja (antigua Bordó del Roca, compuesta por ferroviarios del PTS e independientes) junto a la Gris (agrupación Causa Ferroviaria Mariano Ferreyra-PO) y a la Bordó (agrupación referenciada en el Pollo Sobrero e IS) acumuló tal fuerza que pudo sortear los obstáculos burocráticos del estatuto sin grandes sobresaltos: por ejemplo, el centenar de avales necesarios y el contar con una lista de jubilados ferroviarios, pese a que el padrón de jubilados lo arma a su antojo la propia verde, quedando cientos de miles de jubilados ferroviarios por fuera.
Andrés Padellaro
Pero esa fuerza acumulada que permite dar la pelea en un espacio complejo como es una elección seccional se conquistó en la lucha: no por casualidad la lista fue encabezada por Andrés Padellaro (Naranja), el referente más importante de la lucha por el pase a planta permanente conquistada por 1600 tercerizados en 2010. Una lista que incluyó a referentes de distintas expresiones de lucha: compañeros con trayectoria en la oposición como Hospital (Gris), de procesos de pase a planta como Victor Silva (en 2002) y Ariel Ramírez (en 2005), e importantes referentes por sectores como Vía y Obra, Control, Evasión, Limpieza.
Pero la mayor novedad estuvo en que se expresó a bandera desplegada el reclamo del #NiUnaMenos y por los derechos de las compañeras mujeres, expresado en la candidatura de la joven trabajadora de Ferrobaires que organizó el paro de una hora en el hall de Constitución durante las jornadas contra la violencia de género y que además es referente de la lucha por la reapertura del servicio ferroviario de larga distancia, actualmente cancelado.
El acto de cierre de campaña de la lista opositora contó con la presencia de despedidos injustamente como Marcos Luna (echado pese a vivir con un marcapasos por enfermedad laboral) y Leandro “Lele” Provenzano, tercerizados de las empresas MCM y Murata y compañeras en negro encargadas de la limpieza de los baños de Constitución, acto que además tuvo el honor de recibir a Claudio Dellecarbonara del sindicato del subte y a luchadores de AGR-Clarín. Es la muestra del carácter clasista y de lucha de esta oposición encabezada por la Naranja ferroviaria.
El haber dado nuevamente la pelea en un terreno en el que la burocracia tiene la pelota, la cancha y los árbitros a su favor (como es una elección a seccional), habla a las claras de una oposición clasista que se consolida en la seccional Sud.
La gran campaña de stickers, volantes, memes, videos para redes sociales y whatsapp, recorridas por toda la línea con gran recepción y apoyo, nuevos compañeros y compañeras que se sumaron a difundir las propuestas, fueron lo mejor y lo más positivo de cara a lo que se viene. La Naranja logró el apoyo de nuevos ferroviarios (que la burocracia utiliza como “coto de caza”) y de trabajadoras mujeres que se vieron identificados y apoyaron la campaña impulsada por el sector que encabezó la lista. Se abren muy buenas perspectivas para el crecimiento y la renovación de la agrupación Naranja también junto a decenas de trabajadores precarizados que -más allá de que la burocracia los mantenga al margen del elemental derecho al voto- son trabajadores ferroviarios que se están organizando para exigir su pase a planta. | 
