Todos los años, cuando los docentes exigimos un aumento salarial acorde a la canasta familiar, somos atacados por los gobiernos. Con la ayuda de los grandes medios de comunicación quieren instalar la idea de que “tomamos de rehenes” a nuestros alumnos, cuando en realidad somos los docentes los que verdaderamente defendemos la educación pública. Este año la pelea en las paritarias se ve ligada al Paro Internacional de Mujeres para el 8 de marzo que se prepara en 44 países.
En Tucumán, el gobernador Juan Manzur y su ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer, se pusieron de acuerdo en su relato de “calidad educativa”. El ministro de Educación intenta desprestigiar la lucha docente planteando que “nosotros no hacemos la política pública de educación desde el escritorio, la hacemos con los maestros y ellos nos transmiten que quieren iniciar las clases”. ¿Con que maestro será que dialoga el ministro? ¿Serán “voluntarios” como los reclutados en Buenos Aires para boicotear el paro?
¿Cómo puede un ministro saber de nuestra realidad o de la realidad de nuestros alumnos si ellos no están en las escuelas? ¿Podrían vivir con nuestro salario? Ellos no saben que los docentes tenemos que trabajar doble jornada y muchas veces hasta en tres turnos, sumado a esto los altos costos que debemos pagar para capacitarnos, porque los pocos que son gratuito son con cupos limitados dejando a muchos compañeros sin posibilidad de capacitarse, o los que tienen la posibilidad de hacerlo, deben realizarlo a costa de mucho tiempo en desmedro de sus familias. Mientras, desde ambos gobiernos se pide un “esfuerzo” para imponernos un techo salarial del 18%, benefician a grandes grupos empresarios como el del padre del presidente.
Las docentes nos estamos organizando, eligiendo delegados por escuelas y exigiendo a nuestros gremios a convocar a una asamblea general de docentes afiliados y no afiliados. No vamos a dejar este tipo de negociaciones en manos de unos cuantos que como cada año arreglan a nuestras espaldas con salarios muy por debajo de la inflación. Pero nuestras demandas no son solo sindicales.
En la docencia el 85% somos mujeres. Somos las que contenemos a nuestras alumnas en caso de embarazos adolescentes, las que sin capacitación debemos hablamos de educación sexual integral porque el gobierno no garantiza las capacitaciones gratuitas y en horarios laborales para garantizar su aplicación. Vemos la violencia en los noviazgos adolescentes o en las familias de nuestros alumnos. Muchas compañeras, además, son sostén de sus hogares y deben hacer malabares con el cuidado de sus hijos porque no contamos con jardines maternales. Somos las que más nos vemos afectadas por los tarifazos y la inflación.
Por eso es imprescindible que exijamos a nuestros gremios que convoquen y garanticen el paro este 8 de marzo en el marco del Día Internacional de las Mujeres, por todos nuestros derechos. | 
