A pesar de un comienzo impreciso en el que le costó afirmarse, ya hacia la mitad del primer tiempo River logró mostrar el nivel que los hinchas esperaban. Presionando bien arriba, ahogando al rival en la salida, logrando un “juego corto” y “vertical”. Y sobre todo, con un equipo muy concentrado que se entiende en el campo de juego.
Hubo algunos avisos de los de Núñez –como el de Boyé a los 22 minutos, cabeceando al arco un centro desde la derecha- que resolvió bien García (arquero que sufrió un baño de silbidos por su pasado Xeneize). Pero fue a los 33 minutos cuando se abrió el marcador cuando el uruguayo Mora coronó con un lindo remate de gol una pelota bajada de pecho por Sánchez para dejarsela servida. Una postal del River del Muñeco: al gol de Mora lo antecedieron 14 toques consecutivos del equipo de la banda roja.
El segundo llegó cuando la gente volvía de comprarse el pancho y la Coca. Apenas 2 minutos corrieron del segundo tiempo para que, de un pase de Pisculichi a Boyé que tiró el centro atrás, Mora la bajara con maestría ante la mirada impávida de la defensa de Tigre que dejó a García desguarnecido ante el uruguayo, que eligió pegarle cruzado y a media altura, al palo izquierdo del arquero. Gol y euforia en las tribunas.
Lo que siguió fue la fiesta del local, a la espera de un tercer gol que estuvo cerca pero nunca llegó. Parecía que Mora conquistaba el “hat trick” cuando quiso definir picándosela al arquero en un mano a mano pero Canuto salvó sobre la línea.
Por el lado de Tigre, que a partir de mañana comenzará a ser dirigido por Gustavo Alfaro, la baja por expulsión del capitán Martín Galmarini por una patada innecesaria a Vangioni cerró una noche para el olvido.
En la próxima fecha, un River puntero visitará a Arsenal en Sarandí, mientras que Tigre en Victoria a Rosario Central. | 
