Las mujeres nos preparamos una vez más para salir a las calles este 8 de marzo. Este año, bajo la consigna de #ParoInternacionalDeMujeres, cientos de miles pararemos y saldremos en todo el mundo a luchar contra la violencia machista en todos sus niveles. Desde Pan y Rosas en el Frente de Izquierda nos sumamos denunciando al Estado y sus instituciones, como la Iglesia Católica y la policía, responsables directos de reproducir constantemente la violencia que sufrimos.
Siguen pasando los gobiernos, pero los motivos que nos mueven a organizarnos y tomar en nuestras manos las demandas se multiplican. No solo por el miserable intento del gobierno de Macri de recortar 67 millones de pesos del presupuesto para combatir la violencia de género, sino por las consecuencias nefastas que tienen sus políticas para el pueblo trabajador. La enorme mayoría de las mujeres sufrimos la política de ajuste, persecución y despidos del gobierno nacional y los gobiernos provinciales; cobramos menos que nuestros compañeros varones por el mismo trabajo y continuamos siendo la amplia mayoría en los puestos más precarios o no registrados. Por eso hoy, junto a nuestros compañeros, muchas de nosotras somos protagonistas de las luchas que enfrentan el plan de las patronales, como en AGR-Clarín.
Este 8 de marzo también será el escenario para fortalecer la inmensa lucha que vienen dando los docentes contra las políticas de ajuste y pauperización de la educación pública que llevan a cabo el gobierno nacional y el gobierno provincial de Lifschitz. En medio de una campaña del gobierno y los medios de comunicación para desprestigiarlos y amenazarlos con cubrir sus puestos con “voluntarios” que acepten trabajar el día del paro, fueron miles las muestras de solidaridad de estudiantes y familias de la escuela pública que respondieron #YoApoyoALosDocentes. La bronca de estas mujeres se tradujo en exigencias por abajo a las direcciones sindicales de la educación, quienes tuvieron que dar inmediata respuesta y adherir al paro del 8 como forma de continuar su propia lucha. En el marco del paro internacional de mujeres es innegable la fuerza de todas esas maestras, estudiantes, hermanas y madres de escuela pública que pararán en las escuelas y en cada lugar de trabajo para marchar todas juntas por nuestros derechos.
Las mujeres de Villa Constitución no somos la excepción. En el marco del contundente plan de flexibilización que viene llevando a cabo la patronal de Acindar y las consecuencias que esta situación trae aparejadas, somos las mujeres las que en la mayoría de los casos debemos hacerle frente a la crisis por ser las más perjudicadas por sus efectos. De esta manera, además de hacernos cargo de hacer malabares para llevar adelante un hogar, caemos en los trabajos más precarizados e informales, o directamente no conseguimos empleo.
Por otro lado, para no desentonar con el desfinanciamiento de los programas de ayuda a las víctimas de violencia género que lleva adelante el gobierno nacional, el gobierno municipal de Berti no tiene más que ofrecer a las víctimas de violencia machista que un refugio con un número limitado de lugares. Sumado a esto, desde el Consejo de la Mujer tienen como política oficial el despliegue de una campaña masiva por la utilización de la línea gratuita 144 como forma de eliminar el peligro de la violencia machista. No podemos confiar en la institución policial, que es históricamente cómplice y responsable del regenteo y encubrimiento de redes de trata, y que en nuestra provincia en particular, detenta los mayores índices de gatillo fácil.
Es fundamental que nos organicemos de manera independiente de los gobiernos y de la iglesia para luchar por nuestros derechos. Necesitamos poner en pie un gran movimiento de lucha, en alianza con la clase trabajadora, hombres y mujeres. Te invitamos a organizarte con nosotras para que se escuche nuestro grito: “No pedimos, ¡exigimos!, nuestro derecho al pan, pero también a las rosas!”. |