Ya anteriormente el MINEDUC había impuesto la meta de alcanzar los 500 matriculados para poder mantener con vida el proyecto de la Universidad ARCIS, escenario que es cada vez menos posible.
Luego de las nuevas noticias, el MINEDUC, en reunión con dirigentes estudiantiles de la CONFECH, decidió evaluar durante marzo la continuidad de la dicha Universidad. A finales de este mes se tendrá la sentencia definitiva.
Junto con este caso, estalló la problemática que venía “bajo tierra” referente a la Universidad Iberoamericana, plantel con 2900 estudiantes, donde el rector Félix Viveros renunció el día martes 7 de marzo, por “la imposibilidad absoluta de dar continuidad al proyecto educativo”, según sus propias palabras otorgadas a La Tercera.
Por la grave situación económica que atraviesa la Universidad, se decidió aplazar el ingreso a clases de sus estudiantes, al menos una semana. Es que el plantel adeuda más de 1200 millones de pesos, y prácticamente toda la junta directiva ha renunciado, a excepción de su presidente, Roberto Belmar.
Un hecho a destacar es que la propietaria de la Universidad Iberoamericana, que cuenta con una acreditación por dos años -luego de haber pasado tiempo sin obtenerla- es la fundadora y principal cabeza de dicha institución, Gladys Cárdenas, quien está siendo investigada por presuntos delitos tributarios. Todo esto, siendo poseedora de la Inmobiliaria Iberoamericana, de la cual se sospechaba hace algunos años, como dueña de las instalaciones donde se ubicaba la misma Universidad.
Para colmo, la familia Cárdenas Narváez (Gladys Cárdenas y sus tres hijos), eran propietarios de una “cadena” de colegios, Los Andes Country Days, de los cuales anunciaron su cierre el año 2015, por motivos económicos.
Nuevamente los escándalos sacuden a la educación de mercado. Los “inversionistas”, los rectores, autoridades, dueños y propietarios, pueden sencillamente renunciar, retirarse, y lavarse las manos. Pero los principales afectados son los trabajadores y funcionarios de estos planteles, y los miles de estudiantes y sus familias, que no sólo han visto en riesgo o truncados sus sueños de estudiar (y su legítimo derecho a hacerlo), sino que han invertido enormes sumas de dinero para llevar adelante esos proyectos.
La educación superior de mercado hace aguas y se muestra en una profunda crisis. Ni los dueños ni el MINEDUC parecen buscar una salida definitiva, y no será extraño encontrarnos con nuevos casos escandalosos, como los ocurridos en ARCIS y en la Universidad Iberoamericana. |
