El día después de la multitudinaria marcha del 8 de marzo en Tucumán, comenzó una campaña de sectores fundamentalistas contra el paro internacional de mujeres. Esta campaña en las redes sociales tuvo el respaldo implícito del arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca.
Zecca emitió un comunicado, amplificado por los medios hegemónicos, contra una perfomance realizada por la agrupación Socorro Rosa sosteniendo que agravió “profundamente la persona e imagen de la Santísima Virgen María, Madre de Dios”. Además convocó a una movilización “pro vida” para el 25 de marzo Las palabras del arzobispo incrementaron la violencia de los ataques y amenazas a las activistas, claramente organizado ya que se difundieron datos personales, direcciones y números telefónicos.
Un importante pronunciamiento contra esta campaña fue realizado por diferentes organizaciones. “Repudiamos enérgicamente la tergiversación que realizan los medios hegemónicos, reproductores de la violencia machista. Denunciamos la campaña de desprestigio que hace la iglesia católica del movimiento de mujeres”, afirma un comunicado del colectivo Ni Una Menos Tucumán.
“Utilizan esta acción para pretender deslegitimar un movimiento de miles de mujeres que comenzó a ponerse de pie y salir a las calles porque nuestros reclamos contra los femicidios y la violencia hacia las mujeres en todas sus manifestaciones cuestiona directamente la responsabilidad que tienen el Estado y la Iglesia Católica: impidiendo la educación sexual integral en las escuelas, impidiendo el acceso a la salud y métodos anticonceptivos en los efectores de salud, impidiendo así que las mujeres podamos decidir libremente sobre nuestro cuerpo, nuestra sexualidad y nuestra reproducción, promoviendo discursos de odio sobre la diversidad sexual e imponiendo a través de sus campañas ideológicas la maternidad obligatoria como única vía de realización de las mujeres. Esta misma institución actúa deliberadamente protegiendo a sus miembros acusados de abuso sexual infantil como también lo hizo con curas cómplices del genocidio, demostrando una vez más el carácter hipócrita que tiene su discurso ‘a favor de la vida’”, agregó Alejandra Arreguez en una declaración de la agrupación Pan y Rosas en el Frente de Izquierda.
“Violento es que una Institución que histórica y sistemáticamente ha defendido y cobijado a abusadores de niñxs, defensores del genocidio, instigadores de violencia a gays, lesbianas y trans, hoy inicie de nuevo una ‘caza de brujas’ con artistas que están en su total y absoluto derecho a manifestarse”, plantea una declaración firmada por decenas de artistas.
Desde la agrupación Hijos también manifestaron su solidaridad: “reivindicamos el derecho a la libre expresión y al arte como medio de comunicación política y repudiamos cualquier tipo de persecución a las artistas y compañeras involucradas”.
En igual sentido se han expresado el Frente Popular Darío Santillán, Plenario de Trabajadoras y Cladem. | 
