El jueves 9 de marzo René Tovar, periodista del canal deportivo ESPN, publicaba en su columna (antes de que se hiciera pública la decisión de paro de la Asociación Mexicana de Árbitros) que los árbitros no pitarían la jornada 10 de la Liga MX si los jugadores Pablo Aguilar (América) y Enrique Triverio (Toluca) no recibían las sanciones correspondientes conforme el reglamento, el cual indica que en caso de agresión a un árbitro, el jugador será suspendido durante un año. Estos jugadores agredieron a los silbantes en los partidos de copa de media semana.
Televisa y Club América, el monopolio
Sin embargo, la Federación Mexicana de Fútbol (FEMEXFUT) sólo aplicó sanciones de 10 y 8 partidos de suspensión para los jugadores del Club América y Toluca respectivamente, muchísimo menor a la estipulada en el reglamento. Incluso, la Federación tuvo el descaro de manosear los informes arbitrales, pues aunque los silbantes reportaron que habían sido agredidos, los directivos estipularon “intento de agresión” en lugar de “agresión” –lo cual les permitía darles castigos menos severos a los jugadores–, pasándose por el arco del triunfo la autoridad del árbitro.
Entonces, el gremio de 650 árbitros se hizo escuchar y decidieron que para dejar de ser pisoteados por la Federación tenían que irse a paro.
Según el periodista que dio a conocer la posibilidad de paro antes de que se hiciera efectivo, René Tovar, los árbitros estaban “muy seguros que los directivos iban a manipular las cédulas donde estaba asentado que ambos jugadores habían agredido a los respectivos árbitros. ¿Qué pasó? que al saber que iban a ser castigos muy suaves se pusieron de acuerdo y dijeron: "si no existe un castigo ejemplar a Pablo Aguilar y Triverio el arbitraje va a parar”. La unidad va tan hasta el final que si su demanda sigue sin ser escuchada, no sólo pararían la Liga MX sino todas las subdivisiones menores para la siguiente jornada.
Esquiroles y solidaridad internacional
Por medio de Whats App, los árbitros advirtieron a sus compañeros de un personaje que estaba haciendo llamadas a paristas de ligas inferiores para que abandonaran a sus compañeros y pitaran en la primera división. Este mensaje de advertencia circulaba:
«“Atención Atención!!
Carlos Gonzáles Iribarren en una postura de traición al grupo está realizando llamadas directamente a los árbitros de varias divisiones para solicitarles arbitren los juegos. Se les solicita que si esto llega a ocurrir, su respuesta sea contundente: “no gracias, estamos con el grupo”. Demostrando así la unión del Gremio y mostrando nuestra postura de firmeza, fuerza, convicción y lealtad. (…)”
Por otro lado, la Asociación de Árbitros de Futbol Profesional de la MLS (liga de Estados Unidos) mostró su solidaridad a través de un comunicado por redes sociales: “"Es nuestra esperanza que sean tratados con profesionalismo y respeto. Por el bien del juego, ofrecemos nuestro apoyo y los animamos con nuestro lema, ’A través de la unidad, la fuerza’"»
Quiebre en las alturas del fútbol mexicano
Se ha dado a conocer también que los árbitros contaron con el apoyo de directivos de grupos deportivos poderosos interesados en que la Federación Mexicana de Fútbol deje de estar en las mismas manos de siempre, es decir, de Televisa. Nos referimos particularmente al bloque encabezado por León y Pachuca, clubes cuyo dueño es el multimillonario Carlos Slim.
Carlos Slim
En los últimos años el hombre más rico de México ha hecho crecer su influencia dentro del fútbol mexicano. Al mismo tiempo, Televisa y TV Azteca han visto mermado su poder para monopolizar las transmisiones del balompié nacional. El último ejemplo de esto es la plataforma de Chivas TV, del empresario Jorge Vergara.
Es bien sabido que el presidente de la FEMEXFUT es colocado por Televisa y el Club América. Desio de María, actual presidente, es fiel empleado de la televisora. González Iñárritu, presidente de la Comisión de Arbitraje ha sido ingeniero de la televisora de Azcárraga y nunca en su vida fue árbitro. Todas las decisiones que se deben tomar en el fútbol en el área de sanciones y castigos deben ser aprobadas por estos personajes, ya que tanto la Comisión de Arbitraje como la Comisión Disciplinaria no son organismos autónomos ni independientes de la Federación. De hecho, sus oficinas están dentro de la FEMEXFUT.
Jorge Vergara
La unidad hace al fútbol
Algunos comentaristas, entrenadores, directivos y aficionados han mostrado descontento frente a la suspensión de la jornada 10 del fútbol mexicano. Las críticas que más abundan al gremio de árbitros son que cometen errores garrafales, infantiles semana tras semana; que así como exigen también deberían de comprometerse con su trabajo; que quien más pierde es el aficionado.
Sin embargo estas críticas han sido muy bien respondidas, “bajadas de pechito” dentro mismo de los círculos futbolísticos. Comentaristas como Álvaro Morales y David Faitelson, ex árbitros como Felipe Ramos Rizo y ex jugadores como Rafael Márquez Lugo y Gabriel de Anda, entre muchos otros, han coincidido en que el trabajo del Árbitro se debe dignificar, que los árbitros le están poniendo el ejemplo a los futbolistas de lo mucho que se puede hacer si están unidos.
Coinciden en que las Comisiones de arbitraje y disciplinaria deben ser autónomas, democráticas, ya que lo que ha manchado bastante al fútbol mexicano son los chantajes, las amenazas, la corrupción, los telefonazos y el tráfico de influencias propias de la dependencia que tienen estos organismos a la Federación y ésta a su vez a los clubes, donde manda quien tiene más poder, es decir, el Club América.
Por eso con la huelga de árbitros ganan los aficionados, porque abren debates que los medios de comunicación quieren ocultar siempre, haciendo del deporte puro espectáculo y circo. Porque abre la oportunidad de exigir justicia en el fútbol, pues mientras siga habiendo impunidad, seguirá existiendo arbitraje de pésima calidad ya que los silbantes trabajarán temerosos de ser golpeados por jugadores prepotentes protegidos por su inmunidad. Seguirá existiendo arbitraje de mala calidad también si no se independiza el fútbol de los intereses comerciales de los clubes, ya que mientras la autonomía no exista, los árbitros continuarán silbando sin imparcialidad, evitando ser castigados por sus jefes, es decir, el séquito de Desio de María y compañía.
Con el paro de los árbitros gana el fútbol, porque enseña que los jugadores también deberían estar unidos, y exhibe que nada bueno se obtiene si se sigue viendo al deporte como un negocio. |