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Ayer el presidente Mauricio Macri encabezó el acto de lanzamiento del plan "Un millón de vehículos" en el marco de un acuerdo productivo.
El anuncio del presidente tiene como telón de fondo la recesión de la economía, las suspensiones y despidos en la industria automotriz, el conflicto docente porque el Gobierno insiste con poner un techo a las paritarias y la caída del consumo. Pero todo esto parece importarle poco al ejecutivo que aún así firma un nuevo acuerdo que favorece a las patronales.
El documento prevé inversiones por alrededor de U$S 5.000 millones para producir un millón de autos en los próximos seis años, crear 30.000 empleos nuevos, aumentar la productividad, disminuir el ausentismo e incrementar las exportaciones.
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En la industria automotriz trabajan en la actualidad, de acuerdo con la información suministrada por el ministerio de Producción “más de 70.000 personas de forma directa y otras 150.000 en forma indirecta, en 11 terminales, y existen más de 500 (empresas) autopartistas”.
Después del caso testigo del acuerdo de Vaca Muerta, este nuevo acuerdo pretende avanzar sobre las condiciones laborales del sector. Por su parte, el ministro de Producción Francisco Cabrera adelantó que “el próximo sector con el que vamos a buscar un acuerdo es el de motos”.
El documento fue acordado por el Gobierno Nacional, las provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, la Asociación de Fabricantes de Autos (ADEFA), la Asociación de Fabricantes Argentinas de Componentes (AFAC), la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la Asociación de Supervisores Mineros – Metalúrgicos – Mecánicos (ASIMRA) y el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA).
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Las empresas del sector celebraron el acuerdo firmado para mejorar la productividad del sector, al tiempo que renovaron su pedido de reducción de la carga impositiva.
El presidente de Fiat Argentina, Cristiano Rattazzi señaló que “hay que dejar de exportar impuestos. En el caso del sector automotor la carga impositiva incide en un 20 % en el precio del producto final".
Ureta Sáenz Peña, titular de Peugeot Citroën y presidente ADEFA, indicó que "este acuerdo y el compromiso del trabajo conjunto permitirá emprender el camino hacia la recuperación".
Macri pide más compromiso de “competitividad”
El presidente destacó el modelo de acuerdo que promueve el Gobierno con los sectores productivos como el que se firmó de Vaca Muerta y sugirió que "sigamos en este camino. Dialogando, escuchando, sin prepotencias, con humildad, generosidad y madurez".
Macri confesó que "sé que han sido 15 meses difíciles como toda transición entre una Argentina que no pudo y una Argentina que está naciendo. Entre un país de la confrontación y este de diálogo. Si profundizamos esta forma de trabajar, no tenemos límite en nuestro futuro”.
El presidente sostuvo que "queremos que las autopartistas sean parte de la cadena global de la cadena de valor. Queremos exportar el 35 % de la producción de automóviles extramercosur, que es algo que nunca hemos logrado. Y queremos que todo ese sistema de mejora continua, de compromiso de todos por la competitividad, que no es más ni menos que decir que cada uno va a poner lo mejor de si para hacer las cosas cada día mejor. Eso no es para nada una devaluación de la persona, una pérdida de la dignidad. Al contrario, nos hace muy bien saber que hacemos las cosas cada día mejor. Que cada vez tenemos más nivel de compromiso".
Desde el año pasado que el Gobierno quiere avanzar sobre los convenios colectivos trabajo para disminuir los “costos laborales”, un pedido de los empresarios. En 2016, Macri declaró que “estamos en el siglo XXI y no podemos seguir aplicando convenios del siglo XX", fundamentó su discurso sosteniendo que “el aferrarnos a esos convenios lo que hacemos es debilitar los puestos de trabajo que tenemos". Así, lograron avanzar con el acuerdo de Vaca Muerta y ahora suman el acuerdo automotriz. Pactos que pudieron lograr con la ayuda de la burocracia sindical del Smata y la UOM.
Smata: el amigo de las patronales automotrices
La industria automotriz fue de las primeras en introducir en las últimas dos décadas, modificaciones en los convenios como la polivalencia, salarios atados a rendimiento, banco de horas y trabajo en equipo. Cambios que aumentaron la explotación de los trabajadores del sector.
Gracias al Smata, que cuenta con un largo historial de entrega, las patronales amasaron fortunas. La rentabilidad sobre las ventas de la producción terminal fue en el 2007 un 85 % mayor a la de 2001.
La burocracia del sindicato en lugar de defender los puestos de trabajo en Volkwagen que hay 600 suspensiones, o en General Motors que hay 350 suspendidos garantiza un nuevo pacto en beneficio de las empresas.
Ricardo Pignanelli, secretario general del Smata, negó que el acuerdo sea flexibilizador, defendió el pacto señalando que "es una convergencia productiva y en ningún lugar del acuerdo figura que SMATA tiene que rediscutir el Convenio Colectivo de Trabajo", según declaraciones que realizó a la agencia Télam.
El titular del Smata indicó que "los convenios colectivos nuestros en su gran mayoría, por no decir todos, son convenios del siglo 21, porque el recambio de la industria se inició a partir de 1990 y después cayó en 1998, y nuevamente en 2003 durante el gobierno de Néstor Kirchner, donde se reactivó el mercado, rediscutimos todos los convenios y los adaptamos a la tecnología que teníamos y las nuevas modalidades de trabajo". El gremialista omite que toda la adaptación de convenio se realizó a costa de las condiciones laborales de los trabajadores y de su salud.
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